La plaza Mayor de Xinzo, que un día como hoy congregaría a decenas de limianos para tomar el vermouth, se encuentra totalmente vacía debido al estado de alarma. Por la calle tan sólo transitan algunas personas que van a comprar el pan o llevan a sus perros a pasear. En las panaderías se respeta la distancia de un metro. La gente habla por las ventanas, como se hacía antes, y el silencio deja escuchar el cantar de los pájaros, o sonidos internos de las viviendas: la campanilla del microondas, alguien tocando una flauta o el sonido de una bolsa.
En la avenida de Ourense los vecinos están más animados y se escucha de fondo a Thalía o a Miguel Ríos.
Todo ello mientras la Guardia Civil se coordina con la Policía Local para mantener a la gente en sus casas. A aquellos que se encuentran les piden que les expliquen el motivo de su salida.
La gente vuelve a saludar desde las ventanas.