CONFERENCIA

Feli Alogo: "Aferreime a loita da miña nai para aprender cousas"

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photo_camera Feli Alogo fue presentada por el inspector Delfín Caseiro, amigo cercano de la ourensana adoptiva.

Explicó que perdió la vista con cuatro años y la fortaleza de su madre la animó a superar este obstáculo

La historia de la guineana Feli Alogo es una de esas que conmueven, al tiempo que cambian la perspectiva con la que miran la vida las personas que las escuchan. La pasión por aprender que le inculcó su madre -a pesar de haber nacido ambas en un país dominado fuertemente por el patriarcado- y su condición de persona humilde la convirtieron en la persona admirable que es hoy: una mujer de 28 años, afincada en Ourense y licenciada en Derecho, que logró derribar la barrera del glaucoma que la dejó sin visión a los cuatro años y la que la separaba de poder luchar por una vida mejor.

Fue la menor de 10 hermanos y la única que se saltó las férreas normas sociales que rigen Guinea: aquellas con las que el futuro de muchas mujeres pasa por casarse a edades tempranas, conseguir la "dote" - pago del marido a un hombre de la familia de la mujer-, y trabajar de por vida de sol a sol para cubrir las necesidades básicas de sus familias, mientras que los hombres imponen su orden. Lo consiguió gracias a la ayuda de las religiosas en donde estudió y al programa Aldeas Infantiles. Llevó su lucha hasta el Gobierno central, en Madrid, que reconoció su nacionalidad española después de difíciles trámites burocráticos, y acabó siendo acogida por una familia ourensana, antes de conocer a su compañero de vida.

Feli acudió ayer al IES Cidade de Antioquía de Xinzo, un centro comprometido con la educación en valores y en igualdad entre hombres y mujeres. Allí, después de ser presentada por el inspector de Educación y amigo, Delfín Caseiro, la guineana logró emocionar a profesores y alumnos con su historia -contada en un perfecto gallego-, algunos de los cuales no dudaron en acercarse a darle un abrazo cuando terminó la ponencia sobre su vida. "Perdín a vista xusto no momento en que cheguei a España, con catro anos. Aferreime á loita da miña nai para aprender cousas", recuerda Feli, quien logró traer a su progenitora a Ourense para que pasara feliz sus últimos años de vida y en donde los vecinos la sorprendieron con su solidaridad. "Cando a miña nai faleceu, empezaron a chover ramos de flores. Parecía que en Ourense a coñecera todo o mundo", dice emocionada. Precisamente a su madre le dedicó el relato "Mamá vino para quedarse", ganador del Premio África con Ñ. Cuando a Feli le preguntan de donde saca las fuerzas, responde: "hai que ser capitalistas cos pensamentos, e sacar estratexias para resolver os problemas".

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