El deterioro de las organizaciones

No es que suceda cada día, pero con más frecuencia de la que deseamos nos encontramos que viejas y honorables familias se vienen a la ruina y al olvido. Las razones son diversas, pero suele haber una de fondo: el no haber sabido estar a la altura de las circunstancias.
Todos tienen ‘sus’ razones. Pero han sido poco respetuosos con la tradición, con la memoria de los antepasados; nada comprometidos con el futuro. Han preferido su particular visión de las cosas. Lo que está sucediendo en IU ofrece un paradigma para el estudio. No solamente pierde la izquierda; también la derecha. Es más fácil luchar con organizaciones que con fantasmas.

Sin duda el capitalismo sigue siendo ‘la explotación del hombre por el hombre’, pero su capacidad de supervivencia está en crear situaciones nuevas siempre en provecho propio. Con las nuevas condiciones de explotación ha generado al mismo tiempo una ‘nueva’ ética y una ‘nueva’ estética. Mientras la izquierda se ha quedado anclada en el pasado; a las nuevas formas de explotación, no se han sabido oponer nuevas formas de liberación.

La realidad nueva requiere métodos nuevos. Gramsci, el gran ideólogo de la izquierda moderna sentó algunos ‘principios’ a los que toda organización había de referirse: el partido como ‘intelectual colectivo’, la educación como transmisión-creación de la nueva cultura socilista, la democracia interna dentro del partido, la implicación de la ciudadanía en la nueva gobernanza; la política de alianzas entre las diversas clases para formar un ‘bloque histórico’, el frentismo debe ser sustituido por ‘encuentros’ estratégicos.

Nadie duda de la aportación de esta organización a la lucha contra el fascismo y contra el feudalismo. Pero los métodos y las formas se han quedado anticuadas. La esperanza nunca se pierde y en política menos. La nueva configuración del órgano de dirección de IU debe ser una salida a la luz; puede convertirse en un paso sin rumbo en la oscuridad. Lo conoceremos por sus aportaciones.

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