DE ENRIQUE REZA A MANOLO REY

n n nLalo Pavón se ha ocupado perfectamente de los dos últimos compañeros de aquella entrañable Redacción de nuestro periódico que acaban de irse en la que hemos trabajado en los antiguos tiempos de Cardenal Quiroga y luego en el Polígono. Poco, muy poco hay que añadir.
Si acaso, el ver como se van quedando en el camino inolvidables compañeros de entonces. Alejandrito, Álvarez Alonso, Servando Ellacuriaga, Segundo Alvarado y ahora, Manolo Rey y Enrique Reza. Han hecho un camino que todos hemos de terminar, pero hemos de tenerlos muy presentes los que convivimos en aquellos tiempos de la maquina de escribir a estos medios informatizados que vinieron a sorprendernos al final. Medios que nos afectaron a los que escribíamos y a los que estaban en talleres de montaje, y que también se fueron, como el paciente Serafín, empeñado en demostrarnos que no eran los ordenadores los que se equivocaban, sino nosotros. Compañeros de trabajo, de alegrías y alguna que otra situación personal apurada, que juntos, ayudándonos, hemos tratado de superar.

Si acaso, brevemente comentemos, algo sobre el caso de los 'sucesos' como cuando partían a cubrir la información 'los enviados especiales Manolo Rey y Reza' y todos aguardábamos el resultado final, que Alejandrito, redactor jefe, pedía que fuera breve y concisa, lo que a Manolo tanto contrariaba.

Todo era fruto de la labor de investigación que en cada caso hacia personalmente Manolo, convertido en un experto detective ante la mirada expectante de Reza, siempre modesto, en segundo plano acatando sus ordenes. Y que más de una vez, en medio de los comentarios que muchas personas querían hacerles al opinar en grupo, Rey cortaba de raíz con un terminante, muy serio, 'un momento, silencio, que aquí las preguntas las hago yo'.

A ENRIQUE REZA AQUELLO LE ENCANTABA.

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