Es bien conocida la pugna que se trae la señora Farjas en su ánimo de limitar el derecho y la libertad de expresión a Facua.
El tema no es nuevo. A los altos funcionarios españoles los ataca el afán por ejercer controles sobre los medios por considerar que deben callar. De esto saben bastante los de la revista 'Consumerismo' de Facua (colaboré con ellos) porque los gobiernos no soportan ese tipo de incomodidad, bajo el argumento de que 'el que paga, manda'. Facua es una federación nacida en Andalucía que defiende los derechos de los consumidores, sometida a los rigores de la Administración. Lo que resulta deleznable es que ante una petición de amparo de ésta a la Defensoría del Pueblo, la señora Becerril, en sintonía con el Gobierno, le haya indicado el camino de la información 'light', que no deja dudas de su falta de sintonía con el pueblo al que se debe.
