muchos loros para tan poco chocolate

Recientemente ha sido detectado un nuevo abuso por parte de algunos de nuestros espabilados padres de la patria, consistente en la cesión a esposas, hermanos hijos, familiares, etcétera, de la tarjeta que reciben cuando se les hace entrega del acta de diputado, para poder utilizar gratuitamente el servicio de taxi en Madrid, por un importe de 3.000 euros al año.
El problema radica, según la denuncia de varios taxistas, en que dichas tarjetas están siendo utilizadas descaradamente por terceras personas sin derecho a ello, y en algunos casos, para pagar los desplazamientos de sus hijos y amigos tras la 'marcha' de los viernes noche.

Al margen de esos vergonzosos ejemplos, tampoco se entiende hasta que punto un diputado tiene que acudir a su trabajo en taxi, con cargo a nuestros impuestos, cuando el resto de los mortales, lo hacen en metro, autobús o en su propio vehículo.

Que la desafección crezca contra los políticos por parte de los españoles es totalmente lógico. No se puede vivir amargado y amenazado permanentemente con más recortes, ajustes, congelaciones, suspensiones de pagas extras, desahucios, incremento del paro, etc. ¿Para cuándo una buena noticia, alguna iniciativa que favorezca el empleo? Claro que en mordidas del 3% y 4%, paraísos fiscales, cohechos y mil y una corrupciones, estamos doctorados. La situación despide un olor que confunde y ofende al ciudadano, unido al consiguiente desprestigio internacional. Las reservas de chocolate se estan agotando, pero la tragedia es que los loros se reproducen vertiginosamente y en progresión geométrica.

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