NO SOY MARINERO

Sin temor, pregunto a los que están sentados en ese sillón de una empresa de barcos pesqueros: ¿Has podido estar en el bautizo, comunión, confirmación o boda de tus hijos u otros tantos acontecimientos? ¿Qué responderías?
Ahora llega la palmadita. Y te dicen: 'intenta disfrutar del tiempo pasado'.Pero te encuentras en un hospital viendo como la vida te arranca a los que más amas. Aprendes a crecer, a levantarte. Debes plantarle cara a un mundo, donde todo deja de ser de color de rosas.

Cuántos cumpleaños sin él, cuántas Navidades solos. Cuántas cosas pasan en la vida de esos jóvenes. Crecen sin la imagen del padre. Donde una madre debe ser padre y madre. Como hijo, te cuestionas: ¿por qué no puedo darle el regalo del padre?, ¿por qué se va?... Lo ves subir esas escaleras mecánicas. Se aleja. Ese cristal te separa de él. Tienes ganas de decirle 'no te vayas'. Queda la imagen de verte agarrando a él. Aprendes a no llorar y verlo partir, y no entender por qué se va. Te suelta y quedas en brazos de tu madre. Lágrimas, al verlo subir ese avión. Querrías ir detrás de él. Explíquenselo a un hijo.

Los años pasan, pero nada te hace olvidar que llega el día de partir, el teléfono suena, es hora. Una sensación aterradora se apodera de uno, son 8 o 9 meses por delante, se dice rápido señores. Pero cuántas cosas pasarán. Piensas que pronto regresará y lo podrás abrazar. Sentirte en los brazos de esa persona que amas, de ese padre.

Muchos entienden de qué hablo, otros ni lo comprenderán, otros no podrán reconocer que crecieron sin uno de sus pilares. Creces a costa de dolor y sufrimiento, para buscar un futuro para los hijos, y que puedan correr mejor suerte en la vida. Y no tengan que acabar lejos de su hogar en busca de una oportunidad laboral.

No tengo fuerza de hombre. No dirijo un barco. No soy patrón, contramaestre, ni marinero.…No soy uno de los hombres que tiran de las redes en la Gran Vía de Vigo. No tengo su fuerza. Pero dentro llevo esa fuerza que hoy hace que escriba en honor a todos los que están lejos de sus hogares una vez más. Pues por suerte o por derroteros de la vida, por mis venas corre sangre de lobo de mar. No seré marinero, ni pirata. Pero ojalá pueda hacer ver la realidad de un sector al cual le roban los derechos, lo castigan. Y donde si te descuidas recibes en féretro a la persona que amas, sí señores, un féretro.

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