PARA EL OLVIDO

Lo más difícil de escribir estas líneas ha sido sin duda escoger un buen título.
Son pocos los que se aventuran a leer artículos anónimos (por desconocimiento) sin un titular atractivo por actualizado o morboso. El mundo a estas alturas se nos hace grande, el continuo bombardeo de información a que estamos sometidos diariamente nos exige ser extremadamente cautelosos y selectivos con las originalidades que gastamos. Nos acechan millares de monstruos persuasivos que no venden más que una aparente singularidad colectiva. Y picamos, pues resulta más complicado identificarse con único individuo o idear motu proprio un yo no convencional.

El sentimiento de pertenencia y la búsqueda de la identidad son inherentes al ser humano. Me llaman poderosamente la atención corrientes actuales como el indie (un género musical 'independiente' capaz de mover masas y disfrazar a impersonales a su antojo), o el niponismo (que terminará por incluír el sushi en nuestra dieta mediterránea).

¿Estamos enriqueciéndonos o estamos perdiendo nuestra idiosincrasia? ¿Qué perdurará de todo esto el día que nosotros faltemos? Tenemos el poder inmensurable de decidir qué imagen tendrán nuestros afines de nosotros. Estemos o no haciendo buenas elecciones, no cabe duda de que sólo algunos bienaventurados persistirán. Seremos lo que ahora consumimos.

No sé si es cosa de estos tiempos tan modernos o en todas las casas cuecen habas y antaño ocurría lo mismo, pero me hace planetarme si figuras vanguardistas como Munch, Ravel u Orwell no serían más que afortunados de su tiempo. Yo me planto.

Te puede interesar
Más en Cartas al director