ZAPATERO, EPIMETEO Y LA CAJA DE PANDORA

En la mitología Griega Hefesto (dios del fuego) modeló a Pandora a imagen y semejanza de los inmortales, convirtiéndola según el mito hesiódico en la primera mujer, como Eva en la religión judeocristiana.
Obtuvo la ayuda de Palas Atenea (diosa de la sabiduría). Zeus ordena su creación para castigar a la raza humana, por que Prometeo había robado el fuego divino para dárselo a los hombres. Cada dios le otorgó a Pandora una cualidad como la belleza, la gracia, la persuasión, y la habilidad manual, entre otras; pero Hermes (mensajero de los dioses) puso en su corazón la mentira. Según Los Trabajos y Los Días de Hesíodo, había una jarra que contenía todos los males. Hay quien piensa que contenía todos los bienes y Zeus se la entrega a Pandora, para que se la regale a Epimeteo el día de su boda, pero ella la abrió imprudentemente, y todos los bienes se escaparon y volvieron al Olimpo. Epimeteo era hermano de Prometeo, Atlante y Menecio, hijo de Japeto. Era un titán (primera generación de dioses, descendientes de Gea y Urano). Cuando Prometeo engañó a Zeus y le robó por fin el fuego sagrado, estaba seguro que debía esperar un castigo. Por esto, le prohíbe a su hermano que reciba regalos de Zeus, pero Epimeteo al ver la belleza de Pandora no pudo contenerse. Epimeteo, entonces es el culpable de las desgracias de la raza humana.

De igual modo le ha sucedido a Zapatero que al abrir la caja de recetas económicas, al darse cuenta de los errores cometidos y querer volver a cerrarla lo único que albergaba en su interior era la esperanza y enclaustrado en el Olimpo (Moncloa).decide anunciar el relevo, quizá a destiempo como el regalo de boda que reciba el moderno Epimeteo, Rubalcaba, Chacón o quien sea que deslumbrados por Pandora, lo recibirán para seguir siendo los culpables de todos los males, intentando con ello que el castigo esperado por los Prometeos autonómicos y municipales no sea tan letal.

Mientras tanto Rajoy a modo de Apolo, habiendo herido con sus flechas a la gran serpiente Pitón que se escondía en el monte Párnaso la siguió, moribunda, en su huída hacía el templo de Delfos.

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