El albergue municipal de Celanova recibirá el próximo lunes a los primeros huéspedes del verano y lo hará con un lavado de cara tras las obras de los últimos meses. El alcalde celanovés, Antonio Puga, acompañado de la concejala Sandra Feijóo, visitó ayer las instalaciones donde se ha reformado la cubierta y las ventanas, además de mejorar la iluminación, el sistema de calefacción, la fontanería de las disintas estancias y una mano de la pintura. “Fíxose unha actuación importante para mellorar o aloxamento. Queremos poñelo en valor, promocionalo”, destacaba el alcalde, quien hacía enfasis en las características de una edificación amplia, con cocina, comedor, varias salas polivalentes y habitaciones que podrían albergar hasta 100 personas.
La intervención, adjudicada por 196.583 euros, ha contado con un préstamo del Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS) para ayudar a los concellos pequeños a rehabilitar y conservar infraestructuras ya construidas. En el caso del albergue celanovés, se trata de un edificio que en los años 80 del siglo pasado albergó el colegio de educación especial y que, en el año 2000, fue reconvertido en hospedería. El alojamiento, recordaban Puga y Feijóo, está a disposición de vecinos y visitantes, tanto a nivel individual como colectivo, y prevén que sea un servicio más para los peregrinos del Camino de San Rosendo.
Las instalaciones, disponibles para familias o colectivos, servirán de apoyo a los peregrinos del camino de San Rosendo
Este verano, donde ya han hecho sus reservas los participantes del campo de voluntariado sobre el audiovisual gallego y del Festival Hércules Brass, “a xestión será directa. Pero de cara ao futuro, haberá que buscar entre todos cal é a fórmula de xestión máis idónea”, rerconocía Puga valorando una externalización del servicio, si bien insisitó en que “é unha decisión que non está tomada”.
