Políticos e intelectuales rindieron un cálido homenaje al poeta en el centenario de su muerte

Curros Enríquez por siempre

La tataranieta de Manuel Curros Enríquez, Miriam Gilbertson.
Manuel Curros Enríquez convirtió ayer a Celanova en capital de la literatura gallega. Políticos y cargos orgánicos del PP, PSOE y BNG, entre ellos la conselleira de Cultura, Anxela Bugallo, rindieron un cálido homenaje al poeta celanovés en el centenario de su fallecimiento. Al acto acudieron familiares del escritor.
‘Curros segue vivo na memoria de Celanova e de Galicia’. Esto es lo que se puede leer en la placa que descubrió en la tarde la conselleira de Cultura, Anxela Bugallo, en la base de la estatua que inmortaliza al ilustre poeta en la calle Cesáreo Fernández de Losada, de Celanova. La placa fue descubierta con motivo del centenario del fallecimiento de Manuel Curros Enríquez (1851-1908) y tiene como objetivo ‘dar a conocer a las futuras generacións su obra’, aseguró el alcalde, Antonio Mouriño.

Al acto, además de Anxela Bugallo, acudieron el presidente de la Diputación, José Luis Baltar; el subdelegado del Gobierno, Camilo Ocampo; los delegados de Cultura y Educación, Xosé Carlos Sierra y Gonzalo Iglesias Sueiro, además de la Corporación municipal de Celanova, encabezada por el alcalde, Antonio Mouriño; los regidores de la comarca y representantes del PP, PSOE y BNG. Además de los políticos, estaban el presidente de la Academia Galega, Xosé Ramón Barreiro; el secretario de la institución, Xosé Luis Axeitos; familiares del escritor y personajes de la literatura gallega. Curros Enríquez, en palabras de Xosé Ramón Barreiro, fue un defensor de la lengua gallega al que vinculó con la conservación de la ‘esencia de la galleguidad’ en las villas, ya que, según dijo, en las ciudades se está perdiendo. El acto incluyó una ofrenda floral a cargo de la tataranieta de Curros, Miriam Gilbertson, que leyó una carta a su antecesor en la que recordó que con él descubrió ‘la hermosura de la Virgen del Cristal’ y viajó a Cuba en sus relatos. Ante la estatua, el académico Xosé Luis Méndez Ferrín recordó al Curros ‘solidario y de valores democráticos’, que representó a una Galicia ‘que surgía sobre los poderes de la iglesia y la nobleza en unos tiempos que auguraban fraternidad y hermandad que aún no han llegado’, dijo.

La banda de Música de Celanova, la Coral Solpor y los Gaiteiros de Penalta pusieron la nota musical en el acto.

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