Manuel Rodríguez Álvarez, de 64 años, resultó víctima de un atraco cuando viajaba en un autobús con destino a su empresa

Un disparo acaba con la vida de un emigrante celanovés en Venezuela

La casa familiar, en el número 9 de la Celso Emilio Ferreiro. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
La ola de violencia que azota Venezuela se ha vuelto a cobrar la vida de un emigrante celanovés afincado en Caracas desde hace casi medio siglo. Manuel Rodríguez Álvarez, de 64 años, casado y padre de dos hijos, falleció el pasado miércoles, 20 de abril, víctima de un atraco en plena avenida Páez, en El Paraíso.
Según datos de la investigación facilitados por la familia, uno o varios desconocidos efectuaron un disparo que afectó a órganos vitales mientras viajaba en un autobús con destino a su empresa, una imprenta ubicada en la avenida de Baralt, dentro de la misma parroquia. 'Eran las cuatro de la tarde cuando salió de casa, fue al banco a retirar un dinero para pagar al empleado y al montar en el autobús fue cuando lo atracaron', relata Susana Rodríguez, sobrina de la víctima que estos días está en Celanova, precisamente cuidando a la madre de Manuel.

Las novedades en la investigación son escasas, aunque la policía sospecha de que le estuvieran siguiendo. 'Presuntamente lo atracaron, le robaron el dinero que tenía encima y lo tiraron en marcha de la camioneta', añade Susana Rodríguez, al tiempo que lamenta la ausencia de testigos 'en un autobús a plena luz del día'.

La familia, rota por el dolor y la angustia por la situación de inseguridad que vive el país, tiene 'esperanza y fe en Dios' para que se dé con los culpables y se haga justicia, aunque confiesa que 'la ley parece que ampara más al verdugo que a la víctima'.

'A mi tío ya no nos lo van a devolver, pero nos gustaría evitar que otra familia pase por el sufrimiento que estamos pasando nosotros', apuntaba Susana desde la casa familiar de Celanova, a donde Manuel se iba a desplazar el próximo mes de mayo. 'Estuvo en noviembre y tenía el billete para el día 13, para celebrar el 94 cumpleaños con su madre', recuerda su sobrina Susana para quien 'Manolo era un hombre ejemplar, el cabeza de familia pese a ser el pequeño de cuatro hermanos y del que nadie tiene nada malo que decir'.

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