En el último año hasta 10 veteranos establecimientos cerraron sus puertas en el barrio antiguo

Las jubilaciones condicionan el futuro del sector comercial en el casco antiguo celanovés

La próxima semana cerrará sus puertas la librería que durante 37 años ha surtido de periódicos, revistas y publicaciones a los vecinos y visitantes de Celanova. El cierre de este comercio ubicado en la Praza Maior es, de momento, el último de una larga lista de establecimientos que, sólo en los últimos doce meses, ha afectado a diez negocios del casco viejo. Un éxodo de la parte vieja celanovesa que se observa en un paseo desde la Encarnación hasta la calle Arriba, pasando por San Roque o Colón.
Vía de comunicación entre el Monasterio y la Plaza del Mercado, los más mayores recuerdan la calle San Roque como la más comercial de la villa de San Rosendo. Hoy, aunque los cristales mantienen los letreros de un activo pasado, más de la mitad de los locales están cerrados. En el último año, cerca de una decena de comercios tradicionales han cerrado sus puertas en el casco histórico celanovés. Desde la calle Arriba hasta la Encarnación, pasando por la rúa San Roque, Praza Maior, Botica, o Colón, ‘los establecimientos de toda la vida cierran por jubilación y los nuevos optan por trasladarse a otras calles’, lamenta Ángeles Álvarez, la tercera generación al frente del comercio textil que a principios de siglo XX fundó su abuelo en la calle San Roque, ‘en tiempos vivía de él toda la familia. Hoy apenas pasa gente y las tardes se hacen interminables entre el silencio’.

En el éxodo del casco histórico, ‘se salva la calle Pardo Bazán y porque es el centro’, coinciden los comerciantes, quienes lamentan que ‘a mucha gente le echa para atrás ver tanto negocio vacío’, comenta desde detrás de la barra del bar de la Praza das Pitas, Ricardo Arias. ‘Después de 33 años trabajando, el negocio morirá conmigo’, asegura Ángeles Álvarez. Otros, como Julia Pérez de la calle Arriba, confían en el resurgir del centro: ‘Ya tenemos buscada la sustituta para cuando llegue la jubilación’.

‘Los locales en alquiler son pocos y caros’

Iluminar las calles y acondicionar los escaparates de los viejos locales para no ahuyentar a los clientes y atraer a nuevos empresarios son dos de las propuestas que resaltan los comerciantes del casco viejo celanovés. ‘Cuantos más negocios cierren, peor para todos porque, aunque sean de la competencia, es bueno que exista actividad comercial en el centro’, señala Luis Fernández, que hace cuatro años optó por ins talarse en la Praza das Pitas, aunque subraya que no fue tarea fácil.

Entre las desventajas de ubicarse en el casco histórico están la falta de aparcamientos, las limitaciones que pone Patrimonio al estar dentro de un área protegida, así como la actitud de los propietarios de locales: ‘Los alquileres son caros y tampoco hay mucha predisposición para ponerlos a funcionar, sin tener en cuenta que son bajos viejos que requieren de un desembolso económico previo para su rehabilitación’, matiza Fernández.

Los establecimientos más jóvenes de la zona, como el de Begoña Martínez, coinciden en que ‘esto está totalmente hundido y seguimos aquí porque tenemos una clientela fiel’. ‘La gente no pasa por aquí, no es una calle de paso, por lo que vienen a por algo concreto’, señala Gialitza Troisi.

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