La vieja sacristía del templo celanovés se convertirá en sede de la Academia Auriense-Mindoniense de San Rosendo

Las dependencias de la vieja sacristía, junto al altar, se utilizan desde hace décadas como almacén. (Foto: E.D.)
Los académicos de la auriense-mindoniensde de San Rosendo contarán con una sede propia en las dependecias parroquiales. La vieja sacristía, utilizada como almacén, será restaurada para albergar un salón de sesiones con biblioteca.
La vieja sacristía del templo parroquial de Celanova acogerá la sede ourensana de la Academia Auriense-Mindoniense de San Rosendo, impulsada a raíz del Año Jubilar rosendiano por las diócesis de Ourense y Mondoñedo-Ferrol. Las instalaciones, que desde hace décadas se destinan a almacén, serán restauradas para albergar una biblioteca y sala de reuniones para las celebraciones plenarias de Celanova.
Ubicadas junto al altar mayor del templo parroquial, las dependencias serán vaciadas en próximas fechas para su posterior rehabilitación. ‘Estamos buscando la financiación para ponernos a trabajar cuanto antes, porque el objetivo es que la nueva sede esté lista para la reunión del año que viene’, explicaba el párroco celanovés, César Iglesias. El proyecto incluye la limpieza y acondicionamiento de la estancia, de aproximadamente 60 metros cuadrados, ‘la colocación de tarima flotante, mejorar la iluminación, así como la instalaciones de unos motores en las ventanas, recientemente restauradas, que están a tres metros del suelo’, apuntaba el párroco local.
El próximo 21 de noviembre, la villa de San Rosendo acogerá una nueva sesión plenaria de la Academia Auriense-Mindoniense que incluye, además de la presentación de un nuevo número de la revista ‘Rudesindus. Miscelánea de arte y cultura’, la incorporación de nuevos académicos, entre ellos cinco ourensanos. A la reunión interna de los miembros, le seguirá una misa solemne con ofrenda floral, oración y recitado del himno, así como un discurso público en el salón de actos del académico Manuel Carreido sobre el origen del Monasterio.


Entre los adornos florales, vidrieras, velones, imágenes de santos y cajas de cartón, la vieja sacristía celanovesa esconde un bello tesoro del siglo XVII. Algo dañado por el paso de los años, el párroco local confiesa el interés de la Academia por restaurar el viejo armario parroquial, de 6,5 metros de largo por 1,90 de alto. ‘Es una pieza casi única que, hoy todavía se utiliza pero que esperamos restaurar para que presida la estancia de la nueva sede de la Academia en Celanova’, apunta Iglesias.

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