Derrota del Arenteiro en un frenético partido ante el nuevo equipo de Fran Justo

Arenteiro - Real Unión Irún
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Espiñedo fue el lugar para el reencuentro del Arenteiro con su ex entrenador Fran Justo, cuyo equipo terminó llevándose el partido

El Arenteiro cayó derrotado por dos goles a tres ante un Real Unión de Irún que, pese a tener dos jugadores más, acabó pidiendo la hora ante el empuje de los locales, que no querían salir derrotados.

Eran las fiestas patronales de O Carballiño y el caprichoso calendario quiso que para la ocasión llegará un rival cargado de muchos “ex” que tan buen recuerdo dejaron en la casa verde. Fran Justo y su segundo Millán en el banquillo, con Joseca y Antón Escobar en el once, además de Víctor Eimil como suplente. Pero la fiesta empezó torcida. Al minuto cuarenta segundos, saque de esquina de Oyarzun y, en el barullo del área, toca Antón Escobar para el 0-1. El gol dejó tocado al Arenteiro y asentó a su rival. Con dominio visitante, un saque de banda a su favor, lo recuperó Luis Chacón al borde del área propia, recorrió 60 metros y definió ante Irazusta con calidad con un tiro raso, cruzado e imposible. El gol dio alas a los locales y atontó a Real Unión. Marquitos tuvo el 2-1, en un preciso remate de cabeza en el 30, pero el meta visitante se lució y despejó a córner. 

Pero no era el día de tener la suerte de cara. Una pelota que perdió Tiago Rodríguez, acabo en una falta, con una rigurosa tarjeta, que Alain Oyarzun mando a la escuadra de la meta de Diego García. Era 1-2 y tocaba volver a remar. 

Salió decidido el equipo de Javi Rey, pero en el 48 otra falta de Tiago al omnipresente Oyarzun acabo con el orensano en la caseta al ver la segunda amarilla. Ponía el listón muy alto el árbitro, pero solo para un lado. Pese a todo, en el 53, tras un saque de esquina, en el segundo palo, de nuevo Luis Chacón puso el 2-2. Todos esperaban la heroica, y más en Espiñedo, que apretaba. Pero en el 66, Alberto Solís saco su clase a pasear y marcó otro golazo desde la frontal para el 2-3. Y solo cuatro minutos más tarde, el colegiado expulsaba a Germán Novoa, otra vez de forma rigurosa. Pudo sentenciar el equipo de Fran Justo, que tuvo dos claras de Antón Escobar y Oyarzun, pero no lo hizo y casi lo paga muy caro.

Diez minutos de descuento y los verdes a la heroica con más corazón que cabeza. Al Real Unión le temblaron las piernas y paso miedo. Más en el 98 cuando Vitra, sumado al ataque, pudo empatar, pero se le marchó fuera por muy poco. Hubiera sido lo más justo, pero fútbol y justicia rara vez van de la mano.

Javi Rey y Fran Justo en Espiñedo
Javi Rey y Fran Justo en Espiñedo

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