Disfrute y final feliz en O Couto para el Ourense CF (3-2)

El 5 de enero de 2025 quedará marcado para siempre en la historia del Ourense CF. El conjunto entrenado por Pablo López venció por tres goles a dos al Real Valladolid para colarse, con todo merecimiento, en los octavos de final de la Copa del Rey a la espera de que el sorteo que se celebrará pasado mañana traiga al campo de O Couto un grande para seguir soñando y, si es posible, haciendo todavía un poco más de historia.

Que Ourense quiere ver fútbol de nivel volvió a quedar demostrado. En un día que no ayudaba nada, más de cuatro mil aficionados se dieron cita en la matinal de O Couto para ver si los ourensanos eran capaces de hacer la machada y dejar en la cuneta a los pucelanos, que cierto es, no atraviesan por su mejor momento, pero no conviene confundirse porque para bien o para mal son un equipo de Primera División.

Y tras el tanteo inicial lo demostraron. Y lo hizo el mejor jugador que tienen y al que no le queda mucho tiempo en Pucela. Raúl Moro, internacional sub-21, demostró su clase. Amallah le dejo una pelota al borde del área que el catalán, tras superar a Miguel Prado con un sutil amago, mandó al palo largo de la portería de Pato Guillen para hacer el 0-1.

Aunque poco le duró la alegría a los de Diego Cocca. Dos minutos más tarde, en el 16, una dejada de Di Renzo sirvió a Jairo Noriega, que ante la pasividad defensiva visitante avanzó metros, se adentró en el área y con un zurdado seco supero a Hein. La locura no paraba y en el 24, de nuevo inicia Raúl Moro, la pone en área y Amellah no perdona para el 1-2. Y en el 31, el empate a dos. Centro de Raúl Prada desde la izquierda, Di Renzo arrastra a su marcador, la pelota le llega a Jerin que de cabeza volvía a poner la igualada. Ver para creer. Cuatro goles en poco más de media hora y la gente que se lo pasaba en grande. Aunque de ahí al descanso el ritmo bajó y solo una falta desde la frontal que Ángel Sánchez mandaba arriba fue el mayor peligro.

El equipo ourensano se sobrepuso dos veces a las ventajas pucelanas para acabar remontando

En la segunda parte salió mejor el Ourense CF, que tras un par de aproximaciones consiguió voltear el marcador. Corría el minuto 52 cuando Ángel Sánchez recoge una pelota en banda izquierda, se va hacia el centro, recorta a Luis Pérez y saca un derechazo que se cuela en la meta pucelana: 3-2. El mallorquín, que ya había sido el héroe ante el Deportivo, volvía a poner la eliminatoria muy favorable para los suyos. Y más cuando en el minuto 68 Raúl Moro, el mejor de los blanquivioletas, se tenía que retirar lesionado y dejaba a los suyos con diez jugadores porque ya habían realizado todos los cambios.

Pintaba bien la cosa para los ourensanos, aunque su técnico Pablo López pedía calma y cabeza para no descentrarse ni cometer un error que volviera a meter a los visitantes en partido. Y así fue. E incluso Jerin o de nuevo Ángel Sánchez tuvieron dos buenos remates que se marcharon desviados. En el tramo final, el Valladolid, con más corazón que buen juego y con mucha desesperación, intentaba forzar una igualada que llevara el partido a una prórroga que no llegó. Porque tampoco tuvieron ocasiones claras más allá de un lanzamiento de Latasa que remató abajo y detuvo bien Pato Guillen o Kike Pérez, con una falta desde la frontal que se le fue arriba. Ni en los seis de descuento inquietaron la portería azulona, que con el pitido final desataron la euforia. No era para menos. Habían logrado un más que meritorio pase a octavos de la Copa, dejando una gran imagen y demostrando que le plantan cara y compiten con cualquiera. Tocaba celebrarlo, pues la ocasión lo merecía y a seguir soñando.