Rubén Vila es un hombre con carácter, dentro y fuera de la pista. A sus 34 años, este veterano del baloncesto sigue dando guerra en las pistas con la misma intensidad que cuando emigró hasta la otra punta del país para enrolarse en la cantera de aquel histórico Pamesa Valencia que se midió en la final de la Copa Saporta del 99 a la imbatible Benetton de Treviso de Nicola, Pittis y Jofresa y en la que el ourensano estuvo presente.
Este año ha tenido que vivir uno de esos episodios que ningún jugador desearía recordar, un descenso de categoría. 'La verdad es que cuando las cosas empiezan mal generalmente terminan igual. Hay que ser sincero y reconocer que el equipo ha dado la cara durante toda la temporada pero el tener un equipo tan limitado nos impidió ser competitivos durante gran parte del año. A todo eso hay que sumarle que en algún momento del curso nos faltó esa suerte que hace falta para ganar algunos partidos, pero el deporte es así, no se le pueden dar más vueltas', afirma con la habitual sinceridad que le caracteriza y el temple que da el paso de las temporadas.
Además de la decepción sufrida a nivel colectivo, Rubén tampoco tuvo un año fácil. Mediada la temporada sufrió una luxación de tobillo que condicionó su presencia en el equipo. 'Creo que ha sido quizá mi temporada más dura a nivel personal. Me lesioné en el peor momento del año y de 20 partidos sólo jugué diez. Me duele mucho ver que no pude ayudar al equipo todo lo que me habría gustado. Conozco mi rol en el equipo y sé que gran parte de la temporada dependía de que los tres veteranos estuviéramos bien, pero como dije antes, empezó mal y terminó peor. Para el último encuentro decidí infiltrarme pero fue imposible , me dolía demasiado y no habría aportado nada más de lo que se hizo contra Ferrol. El equipo lo dio todo y eso es con lo que hay que quedarse a pesar de la derrota'.
Llegados a este punto, y viendo el estado de su tobillo, tal vez alguno podría llegar a pensar que la retirada está cerca, pero Vila destaca que 'voy a dejar que pase un tiempo y a recuperarme del tobillo al completo. Sé que puedo rendir a buen nivel algún tiempo más y los números están ahí aunque la verdad todo depende de muchos factores. Me gusta mucho entrenar y jugar y creo que es difícil que lo deje. Además, por desgracia no están viniendo chavales que nos 'fuercen' a dejarlo. Quitando algún equipo de cantera no hay un relevo que nos pase por encima a los veteranos de la Liga y eso sí que es un problema, no sólo para la EBA para el baloncesto en general. Todos estos males a nivel cantera se verán dentro de unos años cuando la selección absoluta que tenemos ahora se quede sin relevo',adelanta.
¿Y si desaparece el ABO?
Durante las últimas semanas se ha especulado con la posibilidad de la desaparición del equipo senior del ABO, algo que el alero ourensano considera que 'sería una desgracia. Este club es necesario para el baloncesto ourensano. Supongo que lo que dijo el presidente es producto de la situación por la que pasa el equipo. Este año se salió a competir en una situación muy complicada y cuando las cosas no van bien se pierden las ganas de seguir. Manolo Peleteiro es una persona muy impulsiva y seguramente cuando las cosas se calmen tomará la mejor de las decisiones para el club aunque realmente lo que creo que le hace falta a esta entidad es gente que trabaje a diario para él, dos o tres personas que sean responsables del día a día y de hacerle la vida a los jugadores y cuerpo técnico un poco más fácil. Es muy difícil estar al tanto de todo cuando son Roberto, el director deportivo, y Manolo los que se tienen que encargar de todo, gente que tiene otros trabajos y que por una cosa u otra no pueden estar en el club todo el día. Este equipo tiene que convertirse en una familia, ése es el camino. Los tiempos de la Liga EBA en las que se pagaban grandes cantidades de dinero han pasado y no volverán, eso también tiene que entenderlo mucha gente, la crisis ha pegado muy duro en el deporte y hay que adaptarse a la situación por mucho que nos cueste a todos', finaliza el alero ourensano.
Además de la decepción sufrida a nivel colectivo, Rubén tampoco tuvo un año fácil. Mediada la temporada sufrió una luxación de tobillo que condicionó su presencia en el equipo. 'Creo que ha sido quizá mi temporada más dura a nivel personal. Me lesioné en el peor momento del año y de 20 partidos sólo jugué diez. Me duele mucho ver que no pude ayudar al equipo todo lo que me habría gustado. Conozco mi rol en el equipo y sé que gran parte de la temporada dependía de que los tres veteranos estuviéramos bien, pero como dije antes, empezó mal y terminó peor. Para el último encuentro decidí infiltrarme pero fue imposible , me dolía demasiado y no habría aportado nada más de lo que se hizo contra Ferrol. El equipo lo dio todo y eso es con lo que hay que quedarse a pesar de la derrota'.
Llegados a este punto, y viendo el estado de su tobillo, tal vez alguno podría llegar a pensar que la retirada está cerca, pero Vila destaca que 'voy a dejar que pase un tiempo y a recuperarme del tobillo al completo. Sé que puedo rendir a buen nivel algún tiempo más y los números están ahí aunque la verdad todo depende de muchos factores. Me gusta mucho entrenar y jugar y creo que es difícil que lo deje. Además, por desgracia no están viniendo chavales que nos 'fuercen' a dejarlo. Quitando algún equipo de cantera no hay un relevo que nos pase por encima a los veteranos de la Liga y eso sí que es un problema, no sólo para la EBA para el baloncesto en general. Todos estos males a nivel cantera se verán dentro de unos años cuando la selección absoluta que tenemos ahora se quede sin relevo',adelanta.
¿Y si desaparece el ABO?
Durante las últimas semanas se ha especulado con la posibilidad de la desaparición del equipo senior del ABO, algo que el alero ourensano considera que 'sería una desgracia. Este club es necesario para el baloncesto ourensano. Supongo que lo que dijo el presidente es producto de la situación por la que pasa el equipo. Este año se salió a competir en una situación muy complicada y cuando las cosas no van bien se pierden las ganas de seguir. Manolo Peleteiro es una persona muy impulsiva y seguramente cuando las cosas se calmen tomará la mejor de las decisiones para el club aunque realmente lo que creo que le hace falta a esta entidad es gente que trabaje a diario para él, dos o tres personas que sean responsables del día a día y de hacerle la vida a los jugadores y cuerpo técnico un poco más fácil. Es muy difícil estar al tanto de todo cuando son Roberto, el director deportivo, y Manolo los que se tienen que encargar de todo, gente que tiene otros trabajos y que por una cosa u otra no pueden estar en el club todo el día. Este equipo tiene que convertirse en una familia, ése es el camino. Los tiempos de la Liga EBA en las que se pagaban grandes cantidades de dinero han pasado y no volverán, eso también tiene que entenderlo mucha gente, la crisis ha pegado muy duro en el deporte y hay que adaptarse a la situación por mucho que nos cueste a todos', finaliza el alero ourensano.
