GIMNASIA

“España se acostumbró a los triunfos de unas niñas de Ourense”

photo_camera Aurora Martínez, durante la entrevista. (JOSÉ PAZ)

Entrevista con Aurora Vidal, licenciada en Educación, doctora en Bellas Artes, profesora titular y fundadora del Gimnasio 2000

Es difícil entrevistar a alguien a quien conoces tan bien; a alguien que ha colaborado activamente en la formación de tu carácter y tus valores, y a quien le debes parte de lo que hoy eres. Por ello, quizá lo adecuado sea una charla entre amigas, con un cierto toque de nostalgia….

Licenciada en Educación Física, Doctora en Bellas Artes, maestra de primaria, ha dedicado su vida a la docencia atravesando las distintas etapas de institutos, titular de Escuela Universitaria, y finalmente Profesora titular de la Universidad de Vigo. Ha publicado  tres libros y es coautora de otros seis. Pero Aurora, como realmente es conocida en la sociedad ourensana, y en los círculos deportivos, es como una de las entrenadoras pioneras de la gimnasia rítmica en España. Como la creadora de lo que se ha denominado "la generación milagro", integrada por gimnastas ourensanas que durante una época copaban todos los pódiums.
 
Aurora, dice el tango que "veinte años no es nada", y ¿cuarenta?
Efectivamente, no es nada….Ni mi marido ni yo vivíamos de esto, aunque teníamos una trayectoria deportiva y una profesión vinculada al deporte, pero de pronto, ya la gimnasia empezaba a interesarnos y sentimos la necesidad de poner en marcha un gimnasio privado, el primero de Orense. Y en el año 1974 lo abrimos, cuando lo que empezaba a estar en ebullición era el "deporte para todos", y se empezaba a dar relevancia a la dimensión social del mismo. La gimnasia rítmica no existía, pero como modalidad nueva, yo ya sentía interés por ella y comencé a formarme. En el 76 participe con el Club Medina en el primer campeonato de España, y, por una confusión de fechas, realmente solo hicimos una exhibición porque la competición había terminado, pero en la edición siguiente, ya fuimos con un equipo del Gimnasio 2000.

¿Y cuáles eran tus fuentes de información sobre un deporte desconocido en aquel momento?
Bueno, para mi no era desconocido porque en la escuela en donde me formé se prestaba mucha atención a todas las corrientes gimnásticas que surgían. La gimnasia rítmica existía con este nombre, aunque no tenía mucho que ver con la de competición posterior. Estamos hablando del principio de los años 60 y hubo que esperar diez años para que existiese un primer campeonato de España. Fui adquiriendo mi formación con los cursos que se impartían sobre el reglamento.
Los de la Federación española ya me habían avistado y me invitaron a ir a un campeonato del mundo en Basilea, en donde ya participaban las primeras españolas. Digamos que empecé a adquirir una formación específica , al lado de la general que ya tenía.

¿Te esperabas el auge que tuvo en Ourense?
De ninguna manera. Los resultados que obtuvimos no eran proporcionados con los medios de los que disponíamos en aquella época. Entrenábamos en el gimnasio del colegio Salesianos, con un suelo durísimo y sin tapiz. Y después en la Universidad laboral, con una altura muy escasa para el lanzamiento de los aparatos. Y en ese momento, la gente que había en este deporte era la que estaba compitiendo; digamos que no había una cantera, y el éxito atrajo a muchas más participantes.

Recuerdo aquellas condiciones de entrenamiento. Después las cosas fueron mejorando. Es cierto entonces que 'la victoria tiene cien padres y la derrota es huérfana'.
Efectivamente, lo estamos viendo ahora. Sin embargo, creo que se aprende mas perdiendo que ganando. El saber que no eres invencible, las curas de humildad… es una educación en valores.


Y tu , a pesar de que tu trayectoria docente te condiciona, ¿eras consciente en ese momento de los valores que estabas inculcando a unas niñas que empezábamos contigo con diez años?
Era consciente de que trabajaba con niñas y siempre traté de que hubiese buen ambiente, (un ambiente familiar) aunque la presión no siempre lo permite, pero siempre busqué transmitir esos valores educativos. Y tú podrás decirme si se te olvidaron…

En absoluto. Es mas, recuerdo que a veces nos tratabas como adultas, con una exigencia de responsabilidad que creo que determinó un proceso de maduración superior al de otras niñas de nuestra edad.

Lo creo rotundamente, y de hecho, no hay mas que veros ahora. A esa generación se le llamó en algunos medios de comunicación "la generación milagro". El primer libro que publiqué sobre el tema, causó en principio un cierto revuelo por el cambio de enfoque de la gimnasia rítmica, que en ese momento se centraba en la alta competición y el rendimiento, y yo la planteé como herramienta educativa. Hoy en día lo tienen en las bibliotecas de los INEF.

Si hablamos ya de la competición, creo, y hablo por experiencia propia, que ciertos  valores como la disciplina y tenacidad, o la capacidad de lucha, que se adquieren en la competición, en el trabajo previo, se impregnan para el resto de tu vida. Incluso en el propio momento de la competición el control de las situaciones mas allá de lo que es propio en esa edad.

Y la superación de los obstáculos, de los errores y los fracasos, porque en el deporte de competición hay una característica que no siempre existe en otros aspectos de la vida, y que es "la cultura del esfuerzo"; el éxito no te lo garantiza nadie, y puede venir por casualidad una vez, pero la norma general es que exige un trabajo duro y constante. Y esto es un valor importante, sobre todo hoy en día, cuando esa cultura del esfuerzo no está tan presente en la educación en general.

Creo que la superación de los obstáculos es lo mas importante que he aprendido en la vida. A levantarte y seguir luchando. Y creo que eso lo he aprendido en gran medida, compitiendo contigo.
Lo cierto es que aprendisteis a renunciar a cosas de niñas, como esos carnavales en los que no podíais disfrazaros, los cumpleaños de las amigas a los que no podíais ir porque había entrenamientos…

¡Y los pasteles de chocolate de los domingos!
Pero afortunadamente  teníais otras compensaciones que os hacían querer seguir en la práctica del deporte…

¿ Cual fue el papel de tu marido, Antonio Prada?
Al mismo nivel que el mío. Lo que hice, en una familia que no amase el deporte, no lo podría hacer. A veces el tiempo se me iba en los entrenamientos y perdía la noción del tiempo en medio de una labor creativa. Si mi marido y mis hijos no hubiesen colaborado no habría podido hacerlo. Una foto muy representativa de aquella época, es una en la que estamos en la playa todos: mi marido, mis hijos y mis gimnastas.

Es cierto. Este es un deporte con un componente artístico muy importante, que requiere mucho tiempo tanto de creación como de adquisición de técnica, y en cierto modo, nosotras nos incorporamos a tu familia y tu familia se integró con nosotras. Después, incluso, Antonio, tu marido, se involucro a nivel personal desde instancias federativa.
No se puede hablar del Gimnasio 2000 sin Antonio. Cuando en los años 80 se crea la federación gallega, la gimnasia cambia de rumbo, y de estar solo el Club 2000, pasa a extenderse por Galicia y surgen nuevos focos de práctica competitiva. Y aunque él tuvo su papel directo como entrenador de trampolín, desde la Federación impulsó el desarrollo de la gimnasia.

Hoy el Gimnasio 2000 no se dedica a la competición y ha vuelto a su idea originaria de actividad saludable y de ocio. Se introducen nuevas disciplinas como la danza del vientre y se orienta hacia el deporte de los mayores. En general se atiende a la demanda de los clientes, pero la competición se mantiene en otros clubs con entrenadoras que, o bien fueron gimnastas nuestras, o que se formaron en cursos de la federación gallega.

Los caminos en la vida, aparecen a veces de forma fortuita
En realidad sí; el Gimnasio 2000 nació como la primera iniciativa privada de ocio vinculada a una vida saludable en Ourense, y la competición, fue algo que surgió. Y ahora, de nuevo, retorna a su idea originaria. Hoy hay mucha competencia en este campo y mi hija está luchando por mantenerse en este mercado. Además tenemos una competencia por parte de las instituciones públicas que disponen de instalaciones sufragadas con dinero público, y que no deben impartir determinadas disciplinas que no están vinculadas con sus fines.

¿Cuesta ceder el testigo?
No, a mi no me costó. En los 80 empezó a introducirse mi hija como entrenadora de forma gradual y en los 90 ya me dediqué a mis labores federativas, como juez nacional e internacional.

¿De todos los papeles que has desempeñado en el mundo del deporte, con cual te quedas?
Indudablemente con él de entrenadora, que es donde adquirí mas gratificaciones a nivel humano, trabajando con niñas y en algo que me gustaba.

Volviendo al tema institucional, ¿las instituciones apoyan más el deporte de base, o los éxitos competitivos?
Detrás del éxito es muy fácil ir, lo que es difícil es vender la actividad de base, porque carece de interés en la prensa y no da gloria. Cuando el Club 2000 estaba en sus mejores horas es cierto que tuvimos apoyos de Caixa Ourense y de instituciones. Era fácil apoyar a un equipo que era el único de toda Galicia que iba a disputar campeonatos de España y que además los ganaba.


A nivel infraestructuras deportivas, si echas la vista atrás…
Ahí sí que hemos ganado muchísimo. Entrenábamos en condiciones muy duras y en locales no adaptados para la práctica del deporte. Los atletas entrenaban en unas pistas de ceniza en el Couto y nos cambiábamos en la grada. Después, en los 60, comenzó a funcionar  el Pabellón de los deportes, y teníamos que compartirlo todos. Y pronto se quedó pequeño. Y es importante destacar la incorporación de la mujer a la práctica deportiva.

Eso quería destacarlo como rasgo de tu personalidad: siempre fuiste innovadora porque te movías en un mundo de hombres.
Pues sí; tuve que vencer alguna que otra barrera. En mis comienzos no me encontraba con una directora de instituto, o con una concejala de deportes. En algún instituto me llamaban al orden porque los chicos comenzaban a sentir interés por la práctica deportiva en los momentos de descanso académico, y el ambiente que se respiraba era de juegos y ruido. Yo acababa de llegar de Madrid y le revolucionaba el instituto tal y como estaba concebido hasta el momento . No había la coeducación, y yo desarrollaba mi labor docente con niñas, pero de pronto había chicos y chicas jugando al voleibol en los recreos… Ya empezaba a promocionar el deporte como actividad extraescolar, y esto al instituto le creó un problema de orden. En algún momento sufrí una persecución.

Lo que es indudable, es que a ti, en Ourense, se te conoce como una persona de carácter. Muchos ourensanos iban a ver nuestros entrenos y sobre todo a ver si la fama de tu carácter era real.
Pues no era consciente. Pero para cualquier tarea que quieras sacar adelante, si no tienes un cierto carácter, es difícil.

Es cierto, no se puede decir de ti que seas una persona acomodaticia; siempre has querido seguir formándote y progresando.
Soy de una generación en que la gimnasia estaba exclusivamente en manos de la sección femenina o del movimiento, y me forme en lo que había en ese momento, que eran tres años en Madrid. Veinte años después tuve que hacerme licenciada en educación física si quería seguir al mismo nivel que aquellos jóvenes que empezaban. Me gusta aprender, investigar y contrastar lo que hago. No sé si recuerdas que os hacía encuestas a las gimnastas porque me interesaba ver vuestra visión de las cosas. Hubo una anécdota que me marcó y que me gustaría contar: después de ser una buena estudiante de bachillerato, suspendí la reválida de cuarto dos veces y perdí un año completo. Y en el momento que la aprobé, en dos meses me preparé a fondo y aprobé el quinto curso para retomar mis estudios superando la perdida de ese año. Y lo logré.

¿Ves reflejada alguna de tus características en tus hijos?
Sí, evidentemente ellos tienen su forma de ser, pero si que tiene características mías y de su padre aunque a lo mejor las orientan de forma distinta. Son insistentes hasta lograr lo que se proponen. Y a nivel creativo he llegado a ser 'la ayudante' de mi hija.

¿Volverías a empezar? ¿Harías el mismo camino?
Seguramente lo mismo no. No sé lo que cambiaría pero seguramente podría perfeccionar algo de mi trayectoria. La vida tiene unas etapas y hay que asumirlas. Cuando dejé de crear en los ejercicios gimnásticos empecé a escribir, a coordinar libros colectivos (algunos con Pino Díaz). Ahora estoy preparando la memoria del Gimnasio 2000 sobre una base fotográfica y es una idea que me ilusiona. Ahora puedo ver las distintas etapas por la que atravesamos con perspectiva porque en el momento en que ocurrieron estaba centrada en atravesarlas.


¿Qué sabor te deja esa mirada hacia atrás, satisfecha?
Satisfecha del todo una nunca está, y además, creo que tampoco hice tanto, creo que fueron unas circunstancias. Fue mucho más conocida vuestra promoción, a la que algunos autores han denominado 'la promoción del milagro', que la de los años 90, (en la que ya eran gimnastas formadas desde el inicio por mi hija Aurora Prada) que cosechó muchos éxitos también. Quizás la vuestra marcó el inicio de un auge, y después la sociedad y el país ya estaban acostumbrados a los triunfos de unas niñas de Ourense.
Hoy es difícil repetir aquellos éxitos si no es en una instalación municipal o provincial, porque las necesidades técnicas y de infraestructura y horarios en la gimnasia rítmica son elevadas .En los 90 hubo un proyecto de un centro de tecnificación de Galicia, quedó como una asignatura pendiente. Marta Bobo empezó a dirigirlo, pero era consciente de que el nivel de exigencia iba a ser muy alto y los medios no eran los adecuados. No podía dejar su profesión y comenzó su carrera como profesora universitaria. Siguieron otras entrenadoras y el centro tuvo sus frutos, pero no los ideales para una continuidad.

¿Hay algo que quisieras decir para terminar?
Que todas estas cosas después de cuarenta años, no me las imaginaría.

Por lo tanto, "cuarenta años no es nada", y sigues teniendo las mismas ganas de hacer cosas, aunque sea con otro enfoque. Me encanta, lo admiro, soy de las personas que creo que la juventud está en la mente. Y tu sigues teniendo inquietudes.

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