La llegada de Paco García relanzó a un equipo a la deriva y que acabó sufriendo para conseguir una permanencia muy merecida

Una Liga en tres etapas

Ogirri lanza el triple que dio la victoria al COB ante el Breogán. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
El objetivo fue único e inamovible, la permanencia. Daba igual el camino para llegar a ella y más cuando el club no ha podido hacer grandes esfuerzos para retocar la plantilla como la mayoría de sus rivales directos.
La permanencia es un éxito para un club que cuando los demás entrenaban no tenía ni directiva, ni entrenador ni mucho menos jugadores.
Javi Muñoz configuró un equipo en tiempo récord.

Apañado a primera vista y hasta resultón pero al que al final se le vieron los defectos sin tener que forzar mucho la vista. El COB ganó a cara o cruz a León y Palencia y encajó cinco contundentes derrotas. Pero lo peor no era el bagaje, aceptable, era las sensaciones que daba el equipo. Inconsistente, sin orden y frágil cuando el partido se ponía cuesta arriba.

La llegada de Paco García marcó un punto de inflexión indiscutible. El técnico, con los mismos mimbres que su predecesor fue sumando recursos al juego y configurando un equipo fiable. Un equipo competitivo y difícil de derrotar.

La recta final de la primera vuelta y el inicio de la segunda fueron extraordinario en juego y resultados. 10 victorias en 18 partido. Números de play off con juego de candidato a ellos. Victorias en el Pazo y a domicilio y la sensación de que el equipo estaba capacitado para discutirle la victoria a cualquiera. Además la fortuna hizo varios guiños en citas clave.

Individualmente se vio la mejor versión de Salva Arco y Nocedal. Coego y Koffi aportaban siempre y Loughton apareció en partidos puntuales. Ogirri empezó a mostrar su don para aparecer en los momentos más necesarios y se reivindicó como un 'killer' en el que apostar para el futuro. Howell se sumó a la fiesta. Su físico tocó techo en la temporada y, estando en forma, el americano demostró ser útil y válido para la categoría.
Con la victoria ante el Cornellá la permanencia se dio por segura y se abrió la puerta a soñar con la presencia en los play off.

La segunda mitad del partido ante La Palma y la visita del Tenerife supusieron el cambio de rumbo. Al principio imperceptible pero ya imparable. Howell apareció a la cita con el Tenerife con un ojo dañado inesperadamente y los canarios no dieron opción. La derrota cuatro días más tarde con Girona confirmó las peores sensaciones. Un equipo sin ilusión, con exceso de individualismos y con el depósito seco de gasolina. El CAI ganó en el Pazo sin merecerlo y Tarragona hurgó en la herida. La salvación habría que sufrirla.

La recta final
Cinco jornadas por disputar, Koffi lesionado, Howell y Loughton a la deriva, Lucho Fernández y Arco bajando su rendimiento y loas bases en permanente tela de juicio.

Por detrás Tarragona apretando, Palencia sumando a cuentagotas, Mallorca superándose a si mismo y Axarquía y Cornellá en caida libre.

Ante el Breogán el confirmó lo que ya se sabía. Estaba sin pilas. Paco García manejó el partido a su antojo y el COB maniató al rival. Recital y el Pazo en pie. Pero la recta final partido fue un suplicio. Casi sin querer la renta se fue esfumando para un COB lastimosamente impotente. La cabeza y las piernas habían dicho basta. Ogirri obró el milagró y clavó la canasta que quedará en la retina. La canasta de la temporada. Su triple dio la última victoria de la temporada, la de la permanencia.
Se pudo sellar en Cáceres y en el Pazo ante el Axarquía pero finalmente llegó de rebote en Menorca. Era de justicia. Fue el sabor más dulce de una temporada para saborear despacio. Una temporada inolvidable.

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