La plantilla del próximo rival del COB se niega a desplazarse si el club no le paga los retrasos en las nóminas que arrastran desde el principio de Liga

El Lleida duda si viaja a Ourense

El jugador del Lleida Miquel Feliú rodeado por Sánchez y Wachsmann. (Foto: JOSE PAZ)
El COB recibirá el viernes en el Pazo (21,00 horas) al Lleida si los jugadores ilerdenses deciden subirse al autobús del club mañana por la mañana. Hoy no lo haría.
La historia del Lleida no tiene lógica ni ha transmitido buenas sensaciones desde su gestación. Un proyecto que comenzó esta temporada gracias a un regate a la razón y la justicia deportiva. Haciendo desaparecer de las canchas y de las cuentas corrientes plagadas de números rojos al club anterior y aprovechando la plaza en la LEB Oro que virtualmente le corresponde a la ciudad y a sus aficionados.

Un club nuevo que por gemación ya se reprodujo antes de empezar la Liga. Edu Torres inició un proyecto que ahora preside Félix González y que cuenta con dos tipos de contratos firmados por los jugadores a los que ahora la directiva espera añadir uno más que sirva para no acabar con el aval federativo y pueda volver a poner en compromiso el futuro del club.

La actual directiva se negó desde el principio a asumir los contratos iniciales y aceptó otros que constan en la Federación sin tener firma de los jugadores. Estos aceptaron el 'trato' pero no fue suficiente. González se sacó de la chistera una tabla rasa de 1.000 euros al mes para toda la plantilla alegando falta de liquidez que los jugadores aceptaron volviendo a tener que transigir con las decisiones institucionales mientras se iban acumulando en el debe las diferencias de los sueldos con cada uno de los jugadores.


DINERO DEL AYUNTAMIENTO

Un goteo constante de problemas que se desbordó esta semana. El Ayuntamiento de Lleida ingresó 63.000 en las cuentas del club y los jugadores reclamaron sus contratos. El Lleida tiene dinero pero la directiva dio otra vuelta de tuerca. Se niega a pagar si los jugadores no aceptan una nueva rebaja en sus contratos camuflándolo con bonus dependientes del rendimiento del equipo en el play off de ascenso a la ACB. Irrisoria paradoja hablar de ascenso para un club con predisposición a la desaparición por generar deudas periódicas.

Si los jugadores ceden habrá partido el viernes. Si la directiva paga también. Ecuaciones matemáticas sencillas pero carentes de lógica cuando el que decide no cumple y el que cumple ya no parece tener aguante para seguir 'tragando'. El COB espera noticias.

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