El Compostela se dedicó a destruir el juego rojillo, ayudado por la permisividad del árbitro

El Ourense chocó con un muro y no pasó del empate en O Couto (0-0)

El orensanista Martín se lleva un balón ante dos contrarios. (Foto: Miguel Ángel)
El Ourense chocó contra un muro, eso sí, bien engrasado, que supo desarrollar su juego destructivo y contó con el consentimiento del árbitro. De ahí el empate (0-0) final. El colegiado González Sobrado le muestra una tarjeta amarilla a un sorprendido Josu.
El Compostela se dedicó a destruir el juego rojillo, ayudado por la permisividad del árbitro wt El Compostela se aplicó a cerrar la línea de creación del Ourense a base de faltas continuadas y apoyado en la permisividad arbitral wt El Compostela tenía dos cosas claras al saltar al césped de O Couto, la primera que había que cerrar como fuera la línea de creación del Ourense (Moisés, Dacosta...) y a ello se aplicó con su presión en todo el campo y el goteo incesante de faltas -que por momentos pareció una auténtica fuga de agua siguiendo con el simil-, apoyado en una pasividad rayando en lo mos queante por parte del colegiado. La segunda es que su oportunidad se buscaría en el balón largo y las jugadas de estrategia. Algunas hubo en el primer tiempo, pero sin fruto.

¿Y el Ourense? Animó a las repletas bancadas en el minuto dos de juego con una jugada por banda izquierda de Arenas que terminaba con pase al área a Martín que remataba alto. Poco más. El Compos tenía el partido donde quería, y así siguió en el segundo tiempo, donde los de Baleato sustituyeron la táctica del chorreo de faltas -que tampoco cesó pero cedió protagonismo- por la de las continuas caídas, que se traducían en cortes permanentes en el ritmo de juego y buscaban de una manera descarada desequilibrar el ánimo del conjunto rojillo.

Una táctica que se llevó hasta la exasperación después de cinco minutos trepidantes del Ourense nada más salir de vestuarios que se tradujeron en un tiro de Moisés rozando la cruceta, un disparo de Martín parado por Pablo y un pase de Dacosta desde banda derecha que terminó con Pablo robando el balón de la cabeza de Martín. El arreón no había tenido resultado y no se vio nada más hasta el minuto 88, cuando un nuevo pase de Arenas desde banda derecha era rematado en carrera por Martín para irse fuera cuando la grada cantaba gol. No fue. Frustración del Ourense y alegría del Compos.

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