El equipo de Luisito remontó al Real Madrid C con goles de Campillo y Padrón ante el delirio de una afición entregada

El Ourense echa el cierre a un gran curso de la mejor forma, ganando

Los jugadores ourensanistas, agradeciendo al final del partido el apoyo al público. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Se acabó lo que se daba. La temporada 2012-2013 llegó a su final para Club Deportivo Ourense y lo hizo de la mejor manera posible. Y además por partida doble: primero, por tener la permanencia ya en el bolsillo, y segundo, por comerse la guinda al despedir el curso con una victoria ante el Real Madrid C, remontada incluida (2-1), ante el delirio de una afición entregada.
La conexión entre equipo y público fue total durante toda la temporada y ayer no podía ser menos. Alrededor de 3.000 espectadores dieron el hasta luego a una Segunda B en la que el Ourense repetirá participación después de una trabajadísima permanencia.

El Ourense fue hasta el final fiel a su estilo. Tendrá más o menos calidad, jugará mejor o peor, pero al equipo entrenado por José Luis Míguez 'Luisito' muy pocos le vencen en ganas y ayer lo volvió a demostrar remontando el partido ante un buen rival, el Real Madrid C. La cita la sacó adelante el equipo que más expuso sobre el terreno de juego, y ese no fue otro que el Ourense.

El Real Madrid C dejó algún detalle de calidad pero se notó que no le iba la vida en el envite. Ramírez, el goleador ayer, fue el jugador más activo en el ataque blanco. Se inventó una doble pared primero con Barril y después con Mariano para plantarse solo ante el meta Manu Táboas y batirle de remate cruzado. Fue el 0-1 cuando todavía no se había cumplido el primer minuto de la segunda mitad. El demás bagaje ofensivo del equipo madrileño fue un remate cruzado del propio Ramírez en el minuto 33 y un remate desde el pico del área de Omar que envió a saque de esquina Táboas en el minuto 92.


MINUTOS PARA TODOS

Luisito buscó la competitividad de su equipo sin olvidarse de dar minutos a algunos de los no habituales. Y el conglomerado no pudo dar un mejor resultado. El meta Manu Táboas, a la sombra de un sensacional ato Guillén que terminó el curso a un nivel espectacular, cumplió a la perfección. No pudo hacer nada en el uno contra uno que Ramírez culminó en el 0-1, pero sí acertó sacando una buena mano en el tiempo de descuento para evitar el empate. Juan Martínez, completamente recuperado de su operación, gozó de 40 minutos, el delantero Luismi formó en un equipo inicial en el que el canterano Rubén Arce volvió a figurar como dueño del '7' y de la banda derecha.

El conjunto ourensano empezó más metido en el partido que su rival. Suyas fueron las primeras acciones de peligro. En el minuto 2, Luismi cabeceó demasiado flojo a las manos de Jacob un centro desde la frontal de Borja Valle. En el minuto 13 fue Arce quien remató alto desde la frontal del área.

Poco a poco el Real Madrid C fue ganando posesión de balón y se hizo con el mando en la medular pero apenas tuvo llegadas al área local. Sí sacaron provecho a su enorme talento en los compases iniciales del segundo acto. Nada más salir del vestuario rompieron la telaraña defensiva ourensanista con una serie de toques exquisitos en la frontal (0-1) y apenas un minuto después Barril se coló hastael área local y su centro fue despejado en el punto de penalti.

Pero a partir de ese momento el Ourense se hizo dueño del partido. Le bastó con poner empuje, el resto lo hizo una afición entregada y unos futbolistas que ya sin la presión de la sombra del descenso y la promoción jugaron a placer.

La remontada del Ourense llegó en dos acciones a balón parado. Fueron dos faltas laterales, ambas ejecutadas de manera magistral por Borja Yebra, y las dos culminadas por dos defensores. El empate, en el minuto 66, demostrando Campillo ser el más listo de la clase adelantándose a la defensa madridista (1-1), y el de la victoria, en el minuto 84, con Padrón rematando libre de marca en el segundo palo (2-1).

Desde ahí hasta el final la fiesta en O Couto fue creciendo hasta desatarse el jolgorio con el pitido final. Equipo y cuerpo técnico dieron la vuelta al terreno de juego para agradecer el apoyo a una afición que correspondió con la ovación. Fin de curso y buena nota.

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