A Primera no invita nadie

Aficionados del Arenteiro, en las gradas de Espiñedo, durante un encuentro de la pasada temporada.
photo_camera Aficionados del Arenteiro, en las gradas de Espiñedo, durante un encuentro de la pasada temporada.
El ascenso del Arenteiro obliga al club a asumir unas condiciones que supondrán una importante inversión económica

El Arenteiro ascendió en todo. Subió de categoría y también de responsabilidades. Porque la Primera Federación nació hace tres temporadas para ser lo más profesional posible y eso implica que los equipos que la disputan tienen que cumplir con una serie de requisitos y condiciones. Y eso supone inversión. Importante.

Los cambios afectan a todos los ámbitos, desde las cuentas hasta las licencias pasando por el propio campo de Espiñedo. Los clubes están obligados a tener un “estadio con una capacidad mínima de 4.000 espectadores y gradas perimetrales en todo el estadio. En todo caso, se tendrán en cuenta posibles impedimentos urbanísticos o de configuración del espacio disponible”, señalan las Bases de Competición. Las gradas supletorias que se utilizaron en el duelo copero ante el Atlético aparecen como una solución. Sobre la mesa, una posible moratoria de la que no se sabe nada concreto.

Todos los equipos de Primera RFEF deben contar con un terreno de juego de hierba natural para la disputa de todos los partidos oficiales. Aquí aprueba el Arenteiro. Pero también se exige una “iluminación suficiente para la disputa de un partido oficial en horario nocturno y con luminosidad suficiente (mínimo 600 luxes) para cuando el partido deba ser emitido por televisión en horario nocturno”. 

Las normas de la competición impone a los clubes “disponer a lo largo de la temporada deportiva del número mínimo de 18 licencias P” (de profesionales) con un coste mayor.

Números que se tendrán que ver reflejados en el presupuesto, que también tiene que cumplir una serie de prerrogativas. Este tendrá que ser mínimo de un millón y medio de euros anuales, siempre que los ingresos por la cesión de derechos de televisión sean de un mínimo de 500.000 euros de media por equipo que los haya comercializado de forma conjunta y de 700.000 euros en cualquier otra circunstancia y momento. Para según qué puntos de las normas hay que coger la calculadora y también un mapa para entenderla.

Los números del presupuesto dependen de lo que perciban los clubes por los derechos de televisión. Pero estos todavía se desconocen. Aún no se sabe ni la cadena (o plataforma) que retransmitirá la Primera RFEF ni el dinero que pondrá sobre la mesa para ganar el concurso. 

Además, tienen que garantizar un salario mínimo de 35.000 euros anuales con dedicación completa para todos los jugadores mayores de 23 años que dispongan de licencia P. Una cantidad que, de nuevo, podrá verse reducida dependiendo de los derechos televisivos que están por firmar esta temporada.

Una hoja de ruta complicada que hay que desenmarañar para disfrutar de la nueva categoría. La inversión económica sube. Y eso afecta también al plano deportivo. El Arenteiro entra a competir a un mercado con “transatlánticos”. Los jugadores que destacan piden cifras que se van desde los 70.000 euros hasta las seis cifras. Deportivo, Lugo o Ponferradina en el mismo grupo, o Córdoba, Ibiza, Castellón y Málaga en el otro son un ejemplo de clubes con músculo a la hora de “pescar” futbolistas de nivel. 

Todo sube. Lo hace la ilusión, pero también la exigencia dentro y fuera del campo. El Arenteiro tiene delante una doble pretemporada. Buscará conformar una plantilla de nivel y pasar con nota las exigencias que la Federación Española pone para tomar parte de la Primera Federación.

Te puede interesar