Solo faltó el gol (0-0)

El pabellonista Tumbeiro pelea por una pelota. Foto: José Paz.
photo_camera El pabellonista Tumbeiro pelea por una pelota. Foto: José Paz.
El Pabellón dominó y creó las mejores ocasiones ante el Pontevedra pero no tuvo puntería.


El Pabellón se quedó a medias en su duelo contra el Pontevedra. Una mañana dominical de sol y mucho ambiente en las gradas (por cantidad y por calidad) que estaba marcada en rojo por las trascendencia del choque en la lucha por mantenerse en la categoría. Llegaba al Miguel Ángel-Os Remedios un rival directo y se notaba en el ambiente. Y los ourensanos lo dieron todo. Casi todo. Dominaron, tuvieron las mejores ocasiones para marcar e, incluso, jugaron en superioridad numérica los últimos minutos. Pero faltó el gol. Por mala puntería o acierto del portero granate, el 0-0 no se movió dejando un punto más agrio que dulce.

Las cartas sobre la mesa desde el pitido inicial. Los pabellonistas arrancaron mandando, cargando el juego por la banda derecha, donde Justino desbordaba casi siempre. Los centros al área, llevaban el “uy” a la grada. Al Pontevedra le costaba salir con un Pabellón jugando en campo contrario. Pablo pudo marcar en el minuto 19 con un lanzamiento desde la frontal que se fue desviado, al igual que Gallego, instantes después, desde una posición similar.

Las ocasiones más claras para los locales llegaron a través de la cabeza de Manu que, tras un córner, vio como el balón se fue besando el palo. O ya, cerca del descanso, con un remate de Justino desde dentro del área que se escapó por centímetros cuando ya se cantaba el gol en la grada y los aledaños, también con numerosos aficionados. 

Por el bando visitante, el bagaje ofensivo se quedó en algún centro peligroso sin necesidad de que interviniese el meta Bruno. Reclamaron los granates la expulsión de Langa en una falta al cortar una contra, pero el colegiado José Antonio Fernández, zanjó las cosas con una amarilla. 

Guion similar

El paso por los vestuarios no alteró demasiado el guion. El Pabellón salió con la misma idea en la segunda parte, aunque con menos chispa. A los 57 minutos un disparo lejano de Parrilla tocó el larguero antes de marcharse fuera. 

El cansancio por el esfuerzo realizado pareció pasar factura a los de David Carnero ante un Pontevedra al que le costaba un mundo trenzar una acción de ataque. 

Pero el tramo final aún reservaría emociones fuertes entre el carrusel de cambios habitual a estas alturas de partido. Primero, en el minuto 75, con un pase filtrado a Tumbeiro que el delantero acomoda con el pecho antes de rematar y encontrarse con el portero visitante. Después con la expulsión por doble amarilla del lateral pontevedrés Noel en el 84.

Ahí buscó el Pabellón la suerte le esquivó toda la mañana. Y tuvo su oportunidad en las botas de Carlos cuando el partido agonizaba. Gran acción personal del atacante, pero su disparo, demasiado flojo, no supuso un problema para el meta del Pontevedra.

El tiempo añadido dejó una falta colgada al área y poco más. Un reparto de puntos, que no de méritos. El Pabellón propuso y expuso más, pero no tuvo puntería.  La pelea por la permanencia sigue viva, y más con la derrota del Val Miñor, aunque  el botín esta vez no fuese el deseado. A cuatro puntos de la permanencia y con un partido menos.

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