Debidamente equipados, los jugadores del Campus, con los pertinentes chalecos homologados, y divididos en dos grupos tuvieron que bajar al pueblo a llenar una garrafa de 20 litros de agua.
Si los jugadores del Campus pensaban que su primera noche en Manzaneda iba a ser plácida, se equivocaron de pleno. Poco importó que la noche cayese sobre el municipio. Su entrenador, David Monreal, les tenía preparada una "excursión" hasta el pueblo. Debidamente equipados, con los pertinentes chalecos homologados, dos grupo tuvieron que bajar a llenar una garrafa de 20 litros de agua. Además con unos palos y una tela tuvieron que improvisar una especie de camilla para llevar la de vuelta a la Estación. Orientación y resistencia para empezar el stage a lo grande, dejando aparcadas las botas y calzándose los tenis.
Además, el agua que transportaron fue la que pudieron beber a lo largo del camino y en la propia cena. Fue una exigente actividad que apretó a los jugadores del Campus en el aspecto físico. Pero además sirvió para cumplir con uno de los objetivos que el entrenador del quince ourensano se marcó para esta concentración: fomentar la unión del grupo antes de comenzar una temporada que será dura tras el ascenso de categoría.
En esa línea va otra actividad. Cada uno de los grupos debe proteger un balón durante todo el stage. Si uno se lo arrebata al otro, los perdedores deberán servir y recoger la cena a los ganadores. Ejercicios diferentes que fomentan la camaradería y que complementan el trabajo de campo habitual a lo largo de toda la campaña.
