El Andorra domina con mano de hierro la LEB Oro. El conjunto de Joan Peñarroya marcha lanzado hacia la ACB, con 15 victorias después de 17 partidos. Curiosamente, las dos únicas derrotas del conjunto andorrano llegaron en casa, ante sus aficionados, contra los dos equipos castellanos de la categoría, contra Palencia y contra Burgos.
Quiere esto decir que a domicilio lo ha ganado todo, también en Ourense, con un resultado engañoso, 63-84 después que los ourensanos sufrieran un espectacular colapso ofensivo en el último cuarto, en el que apenas anotaron dos puntos.
Pero el del viernes es otra historia y si bien los andorranos llegan en la misma línea de victorias, el COB es un equipo completamente diferente. Al partido de la primera vuelta llegaba huérfano de victorias, al partido de la segunda llega embalado, como uno de los mejores equipos en los últimos meses de la competición. Con el aval que supone haber ganado los cinco últimos en casa, con el aval que supone acabar de derrotar al filial del Barcelona, con el aval que supone haber estado a un tris de vencer a domicilio en las últimas salidas. Sólo de Palencia regresaron los de Rafa Sanz con el triunfo, pero en unas cuantas salidas más lanzaron al poste. Bien haría el Andorra en no confiarse lo más mínimo.
Andorra y COB, dos equipos que a estas alturas del año pasado competían en la LEB Plata. El ala pívot Flis y el pívot Wright fueron de lo poco que quedó tras el salto de categoría. La plantilla es prácticamente nueva. No necesitó el conjunto de Peñarroya el tan manido acoplamiento. Siempre en cabeza, al rebufo de aquel Basquet Coruña que empezó la temporada como un tiro, sumando victoria tras victoria. Hasta que los herculinos cedieron y los andorranos tomaron el mando. Una sola victoria de ventaja mantienen sobre el segundo, el Burgos, pero ya tres sobre el tercero, el Palencia. La racha también es significativa, cuatro triunfos consecutivos. Por si acaso, los andorranos se reforzaron recientemente con Albert Moncasi, un center de 2,10 metros.
Sobra decir que liderar la competición a mediados de febrero no entraba en los cálculos del Andorra. Acertaron en los fichajes, entraron en una dinámica ganadora desde el comienzo y la condición de recién ascendido no le pesó lo más mínimo. Ahora, una vez en lo más alto, van a pelear por conseguir el retorno a la ACB muchas temporadas después. Camino de conseguirlo llevan.
'Partido a partido'. De esa máxima, de ese tópico, no se baja Peñarroya, que tiene a todos los jugadores disponibles para recibir al COB. 72-79 es el último precedente de los andorranos, en Melilla, en un partido en el que sobresalieron Marc Blanch, 19 puntos en 28 minutos, 40 por ciento en tiros de tres, y Justin Safford, 17 puntos en 30 minutos, 60 por ciento en triples además de cuatro rebotes.
No todo puede ser redondo. Los andorranos mordieron el polvo en el único partido hasta la fecha en el que no había vuelta atrás, la final de la Copa Príncipe. Cayeron en Burgos, el pasado día 1, 73-67 después de un partido que los burgaleses dominaron de cabo a rabo. Una tardía reacción visitante que no fue suficiente.
Pero el del viernes es otra historia y si bien los andorranos llegan en la misma línea de victorias, el COB es un equipo completamente diferente. Al partido de la primera vuelta llegaba huérfano de victorias, al partido de la segunda llega embalado, como uno de los mejores equipos en los últimos meses de la competición. Con el aval que supone haber ganado los cinco últimos en casa, con el aval que supone acabar de derrotar al filial del Barcelona, con el aval que supone haber estado a un tris de vencer a domicilio en las últimas salidas. Sólo de Palencia regresaron los de Rafa Sanz con el triunfo, pero en unas cuantas salidas más lanzaron al poste. Bien haría el Andorra en no confiarse lo más mínimo.
Andorra y COB, dos equipos que a estas alturas del año pasado competían en la LEB Plata. El ala pívot Flis y el pívot Wright fueron de lo poco que quedó tras el salto de categoría. La plantilla es prácticamente nueva. No necesitó el conjunto de Peñarroya el tan manido acoplamiento. Siempre en cabeza, al rebufo de aquel Basquet Coruña que empezó la temporada como un tiro, sumando victoria tras victoria. Hasta que los herculinos cedieron y los andorranos tomaron el mando. Una sola victoria de ventaja mantienen sobre el segundo, el Burgos, pero ya tres sobre el tercero, el Palencia. La racha también es significativa, cuatro triunfos consecutivos. Por si acaso, los andorranos se reforzaron recientemente con Albert Moncasi, un center de 2,10 metros.
Sobra decir que liderar la competición a mediados de febrero no entraba en los cálculos del Andorra. Acertaron en los fichajes, entraron en una dinámica ganadora desde el comienzo y la condición de recién ascendido no le pesó lo más mínimo. Ahora, una vez en lo más alto, van a pelear por conseguir el retorno a la ACB muchas temporadas después. Camino de conseguirlo llevan.
'Partido a partido'. De esa máxima, de ese tópico, no se baja Peñarroya, que tiene a todos los jugadores disponibles para recibir al COB. 72-79 es el último precedente de los andorranos, en Melilla, en un partido en el que sobresalieron Marc Blanch, 19 puntos en 28 minutos, 40 por ciento en tiros de tres, y Justin Safford, 17 puntos en 30 minutos, 60 por ciento en triples además de cuatro rebotes.
No todo puede ser redondo. Los andorranos mordieron el polvo en el único partido hasta la fecha en el que no había vuelta atrás, la final de la Copa Príncipe. Cayeron en Burgos, el pasado día 1, 73-67 después de un partido que los burgaleses dominaron de cabo a rabo. Una tardía reacción visitante que no fue suficiente.
