El COB estrenó su casillero de victorias

En un partido donde un COB fue muy superiores a su rival y mostrando un juego loable en las dos mitades del campo. Un parcial de 2-22 acabó con la historia de un choque que sirve para reivindicar a los ourensanos.

Impecable. Así fue el partido disputado anoche por un COB que cerró el puño y lo estrelló con fuerza sobre la mesa para hacerse notar en una Liga donde quieren ser protagonistas. Sólo los tiros libres fallados hace siete días le impiden ahora ser líderes.

Almería se estrenaba en el baloncesto profesional y lo hacía ante un rival sin nombres pero con mucha historia a sus espaldas. Inolvidable bautizo le obsequiaron los ourensanos. Los 22 puntos de renta evitan discutir sobre la justicia en el resultado. Todo se limita al cómo se fraguó el desenlace. Un final totalmente desequilibrado entre un equipo, el COB, pleno de acierto en ataque e insultantemente superior en defensa, y otro, el Deportes Blanes, entregado a su suerte y con la incómoda sensación de quien se siente y sabe inferior.

Antes 10 minutos, los del pri mer cuarto, esperanzadores para los locales. Maniatado Fran Rueda y con la zona como coto privado de los ourensanos fue Jesús Castro el encargado de hacer daño a sus vecinos. El gallego clavó 14 puntos antes del descanso gracias a su poderoso físico que le permitía llegar una y otra vez hasta el aro. 10 puntos de renta llegaron a tener los almerienses en la primera mitad (37-27). Dos tiempos muertos de Eloy Doce sirvieron para poner las cosas en su sitio. Con las rotaciones bajó el nivel de los locales y Alberto Gómez puso orden y tranquilidad, como reconocía su técnico, ’nos dio la pausa que necesitá bamos. Aportó todo eso que no sale en las estadísticas’. Primc sacó el fusil -tres triples consecutivosy envió el partido al descanso ya con el COB calentando el cogote del Blanes con su aliento (39-38).

Siete minutos más aguantó un Almería que incluso yendo por delante tenía menos lucidez y precisión que su rival. El COB apretó las tuercas en defensa y bastó para decapitar a su rival. Un parcial estratosférico de 2-22 transformó el que hasta entonces era un partido en un monólogo insultante. Schaper y Williams dominaban las zonas, Salsón ya había sacado del partido a Fran Rueda y Castro ya no marcaba diferencias. Ros y Primc se encargaron de personalizar el festival desde la línea de tres puntos. Una fiesta gallega, pero sin pulpo ni muiñeira.

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