La gallega Ana Peleteiro se cuelga el bronce en una fina trepidante de triple salto de los Juegos Olímpicos de Tokio, ofreciendo a España la séptima presea en esta cita olímpica, en una prueba en la que la venezolana Yulimar Rojas se ha colgado la medalla de oro con récord del mundo.
De esta manera, la gallega, que batió dos veces durante la final el récord de España, se convierte en la tercera mujer española en conquistar una presea en Juegos Olímpicos, después del bronce de María Vasco en 20 km marcha en Sydney 2000 y el oro de Ruth Beitia en salto de altura en Río 2016.🇪🇸 ¡TRIPLE SALTO A LA GLORIA!
🥉 Ana Peleteiro Brión, BRONCE OLÍMPICO. BRONCE OLÍMPICO.
Qué orgullo. ¡GRACIAS, Ana!
Gracias por tu pasión.
Por tu esfuerzo.
Por hacer tan grande a #ElCorazónDeEspaña
❤️ ¡Y por emocionarnos a todos!@atletismoRFEA pic.twitter.com/tfGEX0mCku— Comité Olímpico Español (@COE_es) August 1, 2021
La de Ribeira completa el podio de una final en la que Yulimar Rojas, plata en Río 2016 y compañera de entrenamiento de Peleteiro a las órdenes de Iván Pedroso, estuvo imbatible con un 15,67 con el que estableció una nueva plusmarca mundial, mientras que la portuguesa Patricia Mamona se adjudicó la medalla de plata con récord de su país.
Rojas, que en su último salto alcanzaría la gloria, empezó fuerte con récord olímpico, un 15,41 que se convirtió desde el principio en la marca a batir. Mamona, que en marzo arrebataba el título europeo a la gallega, puso el listón todavía más alto con un salto de 14,91 que suponía nueva plusmarca lusa y que le situaba segunda.
Ante este panorama, Peleteiro afrontó su primer intento y firmó un 14,55 que le posicionaba quinta tras la primera ronda de saltos. Mejoró en su segundo salto, batiendo el récord de España con una marca de 14,77 que le ponía momentáneamente tercera antes de hacer un nulo.
Así vivieron la competición sus vecinos de Ribeira. // EFE
Solo Ricketts podía dejarla sin pisar el tercer cajón, pero su 14,76 certificó su bronce. Por su parte, la campeona defensora, la colombiana Caterine Ibargüen, solo pudo ser décima después de firmar un 14,25 en su mejor salto.
Una cita con la historia
Casi una década después. Probablemente tarde. Ana Peleteiro debutó el viernes en los Juegos Olímpicos de Tokio y hoy (13:15 horas) busca la medalla en una final de triple salto con aire de competición histórica. Una de las mejores de la disciplina en la categoría femenina. En Barcelona, un 12 de julio de 2012 con 16 años, firmó un salto de 14,17 metros, que le otorgó la victoria en el Mundial júnior y, por aquel entonces, era mínima para acudir a la cita olímpica de Londres.
No acudió a la cita debido a que parecía precipitado y, porque en la perspectiva de todos, estaba la sensación de que la niña prodigio de Ribeira tendría muchas citas importantes por delante en su carrera deportiva. Lo que sucedió después poco tenía que ver con lo previsto, salvo el final: la aspiración de Peleteiro a colgarse una medalla olímpica instaurada en la élite mundial. Por el camino, lesiones, cambios de entrenador y de residencia. Algún paso adelante, muchos atrás y, debido a ello, no acudir a los Juegos. La rabia de verlos desde casa cambió la perspectiva de la atleta, que encontró en Guadalajara bajo la tutela de Iván Pedroso el lugar en el que asentarse.