La selección española sigue viva y puso un pie en la segunda fase del Europeo, después de imponerse por 31-36 a Bielorrusia, en un encuentro en el que volvió a demostrar que está lejos de su mejor nivel.
Pese a la trascendencia del choque, el equipo español volvió a salir igual de impreciso que acabó el partido inaugural ante Hungría, con fallos en ataque y defensa, que permitieron a los bielorrusos tomar de partida la delantera en el marcador (3-1).
Por fortuna había detalles que hacían presagiar la mejoría de la selección, como la recobrada efectividad del extremo Rocas.
Sin embargo, España necesitaba algo más que el acierto de Rocas desde los siete metros para doblegar al correoso conjunto eslavo, y ni la endeblez defensiva mostrada por el equipo nacional, ni la precipitación en ataque parecían el camino a seguir para lograr la necesaria victoria.
Pero cuando peor pintaba para el equipo nacional, con un jugador menos por la exclusión de Davis y 10-8 en contra en el marcador, llegó la reacción de los de Juan Carlos Pastor; una parada de Sierra a lanzamiento de penalti, y tres goles consecutivos situaban a los 22 minutos a España por primera vez por delante en el marcador (12-14).
El cambio a la defensa 5-1 pareció asentar definitivamente al cuadro español, pero los errores ofensivos impedían a la selección romper definitivamente el duelo a su favor.
Tranquilidad ofensiva que llegó con la dirección del juego por parte del Raúl Entrerríos, que con sus movimientos y penetraciones encontró los huecos necesarios para que su hermano Alberto distanciará al equipo (16-21) Un hueco que únicamente las exclusiones sufridas por el conjunto nacional en los siguientes minutos impidieron que se hiciera ya casi definitivo para España, que de la mano de los hermanos Entrerríos y de un José Javier Hombrados, ya totalmente recuperado, se escapaba cada vez más y más en el marcador.
Hasta llegar a una renta de siete goles (21-28) en el ecuador de la segunda mitad, que ya le permitió vivir, pese al empeño de los bielorrusos, con cierta comodidad hasta el final, unos minutos que sirvieron para contemplar el debut en una gran competición internacional de Carlos Ruesga.
Alemania, clasificada
Alemania certificó su pase a la segunda fase después de imponerse por 28-24 a Hungría, el equipo verdugo de España en la jornada inicial.
BIELORRUSIA:
Feschanka; Vasilyeu (2), Kurchev (5,2p), Babichev (2), Tsitou, Harbok (2) y Brouka (6, 2p) -equipo inicialKraynov (ps), Pukhouski (8), Klimavets, Gromyko (4), Karshakevich, Ubozhanka (1) y Usik (1).
ESPAÑA:
Hombrados; Rocas (11, 6p), Belaustegui, Chema Rodríguez (3), Alberto Entrerríos (9), Davis y Garabaya (1) -equipo inicialSierra (ps), Raúl Entrerríos (2), Juanín García (1), Ortega (3), Aguinagalde (3), Asier Antonio y Ruesga (3) ÁRBITROS: Olesen y Pedersen (Dinamarca). Expulsaron con tres exclusiones al jugador de Bielorrusia Kurchev (minuto 52). Además excluyeron por dos minutos a Tsitou por Bielorrusia; y a Davis, Belaustegui, Alberto Entrerríos, Asier Antonio y Ortega por el combinado español.
Por fortuna había detalles que hacían presagiar la mejoría de la selección, como la recobrada efectividad del extremo Rocas.
Sin embargo, España necesitaba algo más que el acierto de Rocas desde los siete metros para doblegar al correoso conjunto eslavo, y ni la endeblez defensiva mostrada por el equipo nacional, ni la precipitación en ataque parecían el camino a seguir para lograr la necesaria victoria.
Pero cuando peor pintaba para el equipo nacional, con un jugador menos por la exclusión de Davis y 10-8 en contra en el marcador, llegó la reacción de los de Juan Carlos Pastor; una parada de Sierra a lanzamiento de penalti, y tres goles consecutivos situaban a los 22 minutos a España por primera vez por delante en el marcador (12-14).
El cambio a la defensa 5-1 pareció asentar definitivamente al cuadro español, pero los errores ofensivos impedían a la selección romper definitivamente el duelo a su favor.
Tranquilidad ofensiva que llegó con la dirección del juego por parte del Raúl Entrerríos, que con sus movimientos y penetraciones encontró los huecos necesarios para que su hermano Alberto distanciará al equipo (16-21) Un hueco que únicamente las exclusiones sufridas por el conjunto nacional en los siguientes minutos impidieron que se hiciera ya casi definitivo para España, que de la mano de los hermanos Entrerríos y de un José Javier Hombrados, ya totalmente recuperado, se escapaba cada vez más y más en el marcador.
Hasta llegar a una renta de siete goles (21-28) en el ecuador de la segunda mitad, que ya le permitió vivir, pese al empeño de los bielorrusos, con cierta comodidad hasta el final, unos minutos que sirvieron para contemplar el debut en una gran competición internacional de Carlos Ruesga.
Alemania, clasificada
Alemania certificó su pase a la segunda fase después de imponerse por 28-24 a Hungría, el equipo verdugo de España en la jornada inicial.
BIELORRUSIA:
Feschanka; Vasilyeu (2), Kurchev (5,2p), Babichev (2), Tsitou, Harbok (2) y Brouka (6, 2p) -equipo inicialKraynov (ps), Pukhouski (8), Klimavets, Gromyko (4), Karshakevich, Ubozhanka (1) y Usik (1).
ESPAÑA:
Hombrados; Rocas (11, 6p), Belaustegui, Chema Rodríguez (3), Alberto Entrerríos (9), Davis y Garabaya (1) -equipo inicialSierra (ps), Raúl Entrerríos (2), Juanín García (1), Ortega (3), Aguinagalde (3), Asier Antonio y Ruesga (3) ÁRBITROS: Olesen y Pedersen (Dinamarca). Expulsaron con tres exclusiones al jugador de Bielorrusia Kurchev (minuto 52). Además excluyeron por dos minutos a Tsitou por Bielorrusia; y a Davis, Belaustegui, Alberto Entrerríos, Asier Antonio y Ortega por el combinado español.
