Barcelona y Real Madrid preparan el clásico del lunes fieles al estilo marcado por Guardiola y Mourinho en el banquillo

Virtuosismo contra eficacia

Asoma un nuevo clásico del fútbol español, el partido que paraliza el mundo y que ahora decide campeonatos, por la diferencia abismal con el resto, en un Camp Nou que acoge el enfrentamiento entre dos estilos distintos con un mismo fin. El virtuosismo azulgrana contra la eficacia blanca. El reflejo en el campo de Pep Guardiola ante José Mourinho.
Degusta el aficionado culé en su paladar el fútbol más brillante del planeta. Un equipo que ya es historia, por ganar seis títulos en una temporada inigualable, cuyo hambre de éxito no se rebaja con los años. Guardiola, que se calificaba técnico de proyectos cortos, explota la cara dulce del fútbol. Y eso no tiene fecha de caducidad.

En el otro lado, Mourinho es la gran apuesta de Florentino Pérez. El cambio de rumbo en la dirección de un club que pasó de conceder el protagonismo a sus estrellas sobre el campo a concedérselo al entrenador. Crear un proyecto que gira en torno a Mourinho. Y quedar expuesto todo lo que se habla del Real Madrid a una figura que no deja indiferente a nadie.


CALIDAD EN LOS DOS FRENTES

Con una plantilla en la que cuenta la calidad técnica de Cristiano Ronaldo, Mesut Özil o Ángel Di María, no ha dudado en buscar un sistema que los juntase a todos para diseñar un fútbol vertical, eléctrico, con una gran pegada. Si le añade la habitual fortaleza defensiva que imprime a sus grupos, en un once en el que el primero que defiende es el delantero centro, se llega al actual Real Madrid.

Mostrará el clásico dos estilos de entender el fútbol. La fantasía del Barcelona ante el juego directo del Real Madrid. Una lucha entre los dos mejores futbolistas del mundo, Leo Messi y Cristiano Ronaldo. Tan distintos como necesarios. Pero hay dos figuras en el campo que hacen menos ruido pero su presencia es imprescindible. Sin Xavi Hernández y Xabi Alonso no sería lo mismo. Los cerebros de todo. Las extensiones sobre el campo de sus técnicos. De ellos nacen dos estilos tan distintos como efectivos.

El Barcelona se asocia al espectáculo. Fútbol total. Xavi asociado con la magia de Andrés Iniesta marcan un estilo de juego, al que Pep ha sabido acoplar el individualismo de Leo Messi. Con las espaldas bien cubiertas por Sergio Busquets, y un buen cambio en la delantera, David Villa por Zlatan Ibrahimovic. Con menos gol del esperado del 'Guaje', que se ha ido acoplando a la alta velocidad del juego azulgrana mientras ha creado una sociedad de éxito con Messi. Un 4-3-3 con presión asfixiante, paredes interminables y toque siempre en terreno del rival.

El Real Madrid de Mou se desarrolla desde un 4-2-3-1 con un doble pivote que sostiene al equipo gracias al trabajo sucio de Sami Khedira junto a la figura de Alonso. Recupera los extremos, tan acordes al estilo de juego que siempre enamoró al Bernabéu, con Di María y Cristiano partiendo a pierna cambiada en sus bandas para explotar sus disparos a puerta al salir del regate.

Con un media punta como Özil que a base de pinceladas de calidad ha conquistado con rapidez a todos. Y el insaciable Higuaín en punta.. En la pizarra del partido queda por resolver una duda que rebajaría el espectáculo. Si Guardiola y Mourinho apostarán por el músculo en la batalla del centro del campo con la entrada de Keita y 'Lass' Diarra, en detrimento de Pedro y Özil.

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