Tribuna

La crisis de las grandes tecnológicas, ¿una oportunidad para Galicia?

Las tech gallegas tienen el potencial de aprovechar la situación actual para atraer talento, ganar una mayor presencia en el mercado y aumentar su influencia en el sector tecnológico a nivel mundial

En un contexto muchas veces demasiado catastrofista, donde somos bombardeados continuamente con noticias sobre la crisis derivada del Covid, la guerra de Ucrania o la inflación, pero donde se pasan por alto indicios positivos acerca del futuro de la economía española y europea, es lógico que la “crisis” de las grandes tecnológicas genere incertidumbre. ¿Cómo podría ser de otra manera, cuando año tras año hemos sido testigos de su crecimiento imparable, de la conquista y monopolio de cuotas de mercado en sectores cada vez más diversos o de cómo se han definido los entornos laborales de las grandes tech como el paraíso terrenal, con salarios y condiciones, sobre el papel, inmejorables, con las que es imposible competir?. Con lo cual, si hay ajustes en Microsoft ¿Cómo ello no se va a trasladar al resto de empresas tecnológicas?

La realidad es que si, por supuesto que las decisiones de las GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple), entre otras, van a afectar a la economía global. Nosotros mismos desde XOIA observamos con incertidumbre los despidos en el departamento de Mixed Reality de Microsoft, que puede afectar al futuro de las Hololens 2, las gafas de realidad aumentada con más demanda y uso en la industria. Pero el impacto que ello puede suponer es moderado y solventable, donde además la agilidad en la adaptación y cambio de las empresas tecnológicas más pequeñas e innovadoras, es una ventaja. Por otro lado, los últimos movimientos en las tech son más bien algo coyuntural que prácticamente solo aplica a ellas mismas, en acciones que van más orientados a optimizar sus costes y re-enfocar o corregir estrategias hacia acciones más conservadoras y sectorizadas, que respecto a motivos que puedan afectar a todo el ecosistema tecnológico global. No es una crisis tecnológica mundial, es una “crisis” de las grandes Tech.

Con lo cual ahí, donde algunos llevan meses observando indicios de tormenta, lo que hay son oportunidades. En este contexto, las tech gallegas tienen el potencial de aprovechar la situación actual para atraer talento, ganar una mayor presencia en el mercado y aumentar su influencia en el sector tecnológico a nivel mundial.

Aunque nuestras empresas sean pequeñas en comparación con las grandes empresas tecnológicas internacionales, están mejor posicionadas para proporcionar un enfoque personalizado y centrado en la innovación que a menudo se pierde en las grandes empresas tecnológicas con sus soluciones generalistas. Esto nos supone una ventaja respecto a potenciales clientes, donde en un mundo en constante cambio, que ha demostrado que la innovación y mejora continua es obligatoria,  necesitan un apoyo más directo y cercano que el puedan ofrecer las grandes tech. Por otro lado, esto mismo puede ser especialmente atractivo para los profesionales tecnológicos que buscan un entorno de trabajo más dinámico y enfocado en la innovación, en lugar de trabajar en una empresa que a menudo puede ser vista como impersonal y centrada en el beneficio económico. Esto, unido a los últimos despidos masivos, la pérdida de confianza que ello genera, así como el atractivo de comenzar proyectos nuevos e ilusionantes, y en muchos casos, cerca de casa, puede suponer la oportunidad de fichar y recuperar perfiles con un altísimo potencial y experiencia, como de hecho ya ocurre, alrededor de eventos como el Nos Day que reúne a perfiles gallegos de primer orden a nivel mundial.

Reducir la dependencia

Asimismo, las crisis de confianza y ética o el monopolio generado en los últimos años por las propias grandes tech, amén de la necesidad de reducir la dependencia tecnológica, industrial y de recursos externa a la Unión Europea, que ha salido a relucir especialmente con la pandemia del Covid y la guerra de Ucrania, se ha traducido en que el apoyo institucional, pero también social y empresarial, hacia las iniciativas locales sea más fuerte que nunca.

Por supuesto no será fácil, pero la coyuntura económica e institucional ha comenzado a apostar fuertemente por la inversión en tecnología propia, por la innovación desde casa. De hecho los centros tecnológicos gallegos son referentes en la captación y movilización de recursos para investigación e innovación, aunque aún tengan deberes pendientes en la transferencia de ese conocimiento a empresas tecnológicas que lo conviertan en negocio y lo hagan llegar al mercado. Por otro lado, proyectos como la Ciudad de las TIC o la llegada a Coruña de la Agencia Española de Supervisión de Inteligencia Artificial, que será pionera en Europa, son muestras tanto de esta apuesta institucional como de la robustez de las empresas gallegas consolidadas y el Cluster Tic que las aglutina.

Sin embargo, en un contexto que puede suponer una oportunidad única para que Galicia se convierta en referente y polo tecnológico, no solo nacional, sino internacional, aún tenemos deberes pendientes para potenciar este crecimiento y sacarle el máximo partido a la coyuntura.

Fomentar emprendimiento y potenciar el ecosistema de startups, que si bien ya alberga importantísimos referentes en sectores como el aeroespacial o la inteligencia artificial, unidos alrededor de su asociación Startup Galicia, tienen que ser tenidos en cuenta respecto a las estrategias de impulso económico, que difieren y mucho, del de las empresas ya consolidadas o tech tradicionales.

Aunque en Galicia no tenemos nada que envidiarle en calidad o innovación a los productos y desarrollos de cualquier empresa del resto de Europa, si lo tenemos en cuanto al acceso a financiación e inversión, y a la facilidad en la internacionalización. Con un talento de primer orden, solo nos hace falta vender más, vender fuera y sobre todo, tener recursos y canales para ello.

Aumentar la inversión en innovación y facilitar los mecanismos de acceso a esta, que benefician tanto a las propias empresas que la aplican como a las startups que lo desarrollan.

Y por supuesto, en un sector donde la demanda de perfiles es extrema, atraer talento es importante, pero también continuar potenciando la formación de este talento aquí, en Galicia. 

Con lo cual, y pese a las dificultades, creo firmemente que el futuro de Galicia como referente tecnológico es prometedor y aunque en el imaginario popular aún sigamos albergando una imagen de una Galicia atrasada, desconectada del mundo, la realidad es que tanto en el pasado, cuando los barcos de Roma tomaban como referencia el Faro de A Coruña para navegar al norte como cuando los senderos de Europa se llenaban de peregrinos camino de Santiago, así como hoy, Galicia no es Finisterrae sino el puerto de salida “de Galicia para o mundo”.

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