El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, aboga por aplicar un gravamen fiscal mayor a los grandes sueldos, como los de los principales ejecutivos de la banca, a partir de un nivel que se considere máximo.
Según explicó, algunos salarios deberían tener una imposición de tipos fiscales 'especialmente aumentados'. Argumentó que el Estado podría pensar en introducir esos gravámenes para las 'muy altas retribuciones', como sucede en otros países. Sin embargo, preguntado por la fiscalidad de las sicav, las sociedades de inversión utilizadas principalmente por las grandes fortunas, el ministro defendió su baja tributación porque se aplica sobre el ahorro.
En el caso de los sueldos, la retención se aplica sobre los salarios, y 'los directivos no huyen a otros países', mientras que sí 'huyen los ahorros buscando tipo fiscal mas bajo', apuntó. El ministro ha reconocido que las empresas fijan sus salarios libremente, y el Estado no puede entrar en la retribución de los empleados o directivos del sector privado; sin embargo, criticó que exista tanta brecha salarial en una misma compañía.
Hay diferencias salariales que hacen que en ocasiones lo que reciben los directivos mejor pagados sea 1.000 veces más que lo que cobran los trabajadores que están al final de la escala, dijo. Por eso, en su opinión, el modelo retributivo que se fue imponiendo en los últimos 20 años 'no tiene ningún futuro' porque 'no es posible fidelizar a la gente a base de mantener esas diferencias salariales', que son 'lacerantes' .
SALGADO NO LO VE RAZONABLE
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, afirmó que gravar a 'corto plazo' los sueldos millonarios de la banca no es 'razonable', y puntualizó que una renta alta es igual, la perciba un trabajador de banca o uno de cualquier otro sector.
'Hemos hecho ya una reforma en el impuesto sobre la renta por lo que no es razonable hacer otra en el corto plazo', añadió Salgado.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda aclaró que una retribución alta no tiene por qué estar considerada distinta si quien la percibe es una persona del sector de la banca o una persona que trabaja en cualquier otro sector.
No obstante, matizó que hay que tener 'especial cuidado' con los incentivos en el sector bancario porque pueden tener un 'efecto perverso', y puso como ejemplo los bonus que conseguían los trabajadores de las sucursales antes de la crisis por el número de hipotecas firmadas.
En el caso de los sueldos, la retención se aplica sobre los salarios, y 'los directivos no huyen a otros países', mientras que sí 'huyen los ahorros buscando tipo fiscal mas bajo', apuntó. El ministro ha reconocido que las empresas fijan sus salarios libremente, y el Estado no puede entrar en la retribución de los empleados o directivos del sector privado; sin embargo, criticó que exista tanta brecha salarial en una misma compañía.
Hay diferencias salariales que hacen que en ocasiones lo que reciben los directivos mejor pagados sea 1.000 veces más que lo que cobran los trabajadores que están al final de la escala, dijo. Por eso, en su opinión, el modelo retributivo que se fue imponiendo en los últimos 20 años 'no tiene ningún futuro' porque 'no es posible fidelizar a la gente a base de mantener esas diferencias salariales', que son 'lacerantes' .
SALGADO NO LO VE RAZONABLE
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, afirmó que gravar a 'corto plazo' los sueldos millonarios de la banca no es 'razonable', y puntualizó que una renta alta es igual, la perciba un trabajador de banca o uno de cualquier otro sector.
'Hemos hecho ya una reforma en el impuesto sobre la renta por lo que no es razonable hacer otra en el corto plazo', añadió Salgado.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda aclaró que una retribución alta no tiene por qué estar considerada distinta si quien la percibe es una persona del sector de la banca o una persona que trabaja en cualquier otro sector.
No obstante, matizó que hay que tener 'especial cuidado' con los incentivos en el sector bancario porque pueden tener un 'efecto perverso', y puso como ejemplo los bonus que conseguían los trabajadores de las sucursales antes de la crisis por el número de hipotecas firmadas.
