Condenada a 10 años una etarra por colocar una bomba en la Bolsa de Bilbao

La Audiencia Nacional ha condenado a diez años de prisión a la etarra Idoia Mendizabal Mújica por la colocación de una bomba en el edificio de la Bolsa de Bilbao, el 4 de marzo de 2002, que fue desactivada por la Ertzaintza.

En su sentencia, la sección primera de la sala de lo penal de este tribunal, compuesta por el presidente Javier Gómez Bermúdez y los magistrados Manuela Fernández Prado y Ramón Sáez Valcárcel, condena a Mendizabal por un delito de estragos terroristas en grado de tentativa.

La sala considera probado que la procesada formó parte del 'comando Olaia' junto a Asier Arzalluz Goñi -ya condenado por estos hechos- y otra persona más, el cual utilizaba para ocultarse y preparar sus acciones un piso en Amorebieta (Vizcaya) alquilado por el excoordinador del 'comando Vizcaya' Gorka Martínez Arkarazo y una lonja en Galdakao en la que guardaban armas y explosivos.

Así, el 4 de marzo de 2002, el citado comando colocó un explosivo, compuesto por dos bolsas de tela artesanales con 19,7 kilos de cloratita y 35 gramos de tytadine, en los servicios de caballeros del edificio de la Bolsa de Bilbao.

Mediante dos llamadas telefónicas realizadas sobre las 13:00 horas al diario Gara y a la central de la DYA de Bilbao, prosigue el tribunal, se alertó de que la bomba explotaría veinte minutos después, por lo que se desalojó el edificio y la Ertzaintza procedió a su desactivación.

Según los magistrados, aunque el artefacto 'representaba un peligro manifiesto para la vida', no llegó a explotar porque no funcionó correctamente el sistema de iniciación.

Para condenar a Mendizabal, la sala argumenta que en el documento intervenido a Juan Ibon Fernández Iradi, 'Susper', tras su detención en diciembre de 2002, se hacía referencia a este atentado y se citaba expresamente al 'comando Olaia'.

Asimismo, si bien precisa que 'no constituye prueba', alude a las declaraciones de Martínez Arkarazo, que reveló a la Policía el nombre de los integrantes del grupo, del que concluyen que formaba parte Mendizabal porque sus huellas se encontraron en el piso utilizado por el comando.

Y a ello se une la 'peligrosidad de la delincuente que, con manifiesto desprecio a la sociedad en su conjunto públicamente hace ostentación de su condición de terrorista, lo que merece mayor reproche y sanción', subrayan los magistrados después de que la acusada afirmara durante el juicio celebrado el pasado jueves sentirse 'orgullosa' de pertenecer a ETA.

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