La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a doce años de cárcel a un homicida reincidente que cometió un cuarto asesinato porque, según confesó a la Policía, 'no quería seguir viviendo en la calle'.
Francisco M.R., de 55 años y que según la sentencia sufre un trastorno límite de personalidad lindante con psicosis esquizofrénica, ya había sido condenado en otras tres ocasiones entre los años 1974 y 1998 por otros dos homicidios y un asesinato.
Los hechos se remontan a julio de 2008, cuando, después de salir de la prisión de Zuera (Zaragoza) tras cumplir las penas impuestas por los delitos anteriores, el procesado confesó ser el autor de otro homicidio cometido en Madrid en 1994 que no había sido resuelto por la Policía.
En un primer momento los agentes dudaron de la credibilidad de la confesión del acusado creyendo que podía conocer los detalles del homicidio por los medios de comunicación que en el momento del crimen se hicieron eco del suceso.
No obstante, el Tribunal comprobó que algunos datos que confesó el condenado, como el arma empleada, los golpes asestados o la vestimenta y la forma de huida del agresor, sólo se conocieron tras las primeras diligencias policiales, la autopsia practicada a la víctima y la declaración de los testigos.
La sentencia considera probado que el acusado asestó diez puñaladas a la víctima que afectaron a su pulmón derecho y que en pocos minutos provocaron su muerte; hechos por los que condena a 12 años de cárcel a Francisco M.R., que además tendrá que indemnizar con 60.000 euros a la hermana de la víctima.
Los hechos se remontan a julio de 2008, cuando, después de salir de la prisión de Zuera (Zaragoza) tras cumplir las penas impuestas por los delitos anteriores, el procesado confesó ser el autor de otro homicidio cometido en Madrid en 1994 que no había sido resuelto por la Policía.
En un primer momento los agentes dudaron de la credibilidad de la confesión del acusado creyendo que podía conocer los detalles del homicidio por los medios de comunicación que en el momento del crimen se hicieron eco del suceso.
No obstante, el Tribunal comprobó que algunos datos que confesó el condenado, como el arma empleada, los golpes asestados o la vestimenta y la forma de huida del agresor, sólo se conocieron tras las primeras diligencias policiales, la autopsia practicada a la víctima y la declaración de los testigos.
La sentencia considera probado que el acusado asestó diez puñaladas a la víctima que afectaron a su pulmón derecho y que en pocos minutos provocaron su muerte; hechos por los que condena a 12 años de cárcel a Francisco M.R., que además tendrá que indemnizar con 60.000 euros a la hermana de la víctima.
