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Apuntes parala pyme, 2015: escenario favorable

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photo_camera Gráfico de negocio financiero.

¿Son realmente alentadoras las expectativas para el 2015? Si los números del 2014 han empezado a ser esperanzadores, ¿podemos adelantarnos a una progresión en 2015?

Evaluar las expectativas que tenemos pasa por un triple ejercicio: el de los objetivos que proyectamos, el de la realidad de la actual coyuntura macroeconómica y social que lo hará posible y el de hasta qué punto estamos preparados para aprovechar un posible despegue.

¿Son realmente alentadoras las expectativas para el 2015? Si los números del 2014 han empezado a ser esperanzadores, ¿podemos adelantarnos a una progresión en 2015? ¿Cuál es la actitud en la nueva coyuntura?

Es importante ser realistas y saber cuáles son las especificidades del 2015. Tener claro, para empezar, que si algo caracteriza a los nuevos tiempos es el ritmo vertiginoso de sus cambios. Hechos naturales, históricos o políticos cambian la marcha de lo planificado. Sin embargo una cosa es cierta: los números van respondiendo a las expectativas macroeconómicas y, unas décimas arriba o unas pocas abajo, contamos en la actualidad con un escenario de lenta progresión hacia la salida del bucle que parecía inacabable de la  crisis.

Es de rigor para el empresario situarse ante las condiciones en las cuales le tocará desenvolverse: saber el piso sobre el que habrá que moverse en 2015 y cómo se puede interpretar en función de los objetivos trazados.

Hay varias situaciones a tener en cuenta a la hora de analizar ese contexto posible:

1. Los números de España han mejorado, como resultado de las políticas macroeconómicas que han saneado su economía y en especial, han fortalecido al sector bancario. La disminución de la prima de riesgo que ya ha bajado de los 100 euros favorece la llegada de inversiones. Esto plantea un escenario moderadamente positivo que no llega aún a la pequeña y mediana empresa. Los datos no son suficientes para deducir un despegue, pero si un parón en la destrucción de actividad productiva y asoma las primeras señales alentadoras.

2. Al ser 2015 año electoral con posibilidad de cambios sustanciales en la dinámica económica y social del país, podría promover un esfuerzo inversor y de inyección de dinero que permita dinamizar la vida económica.

3. La crisis del precio del petróleo que está afectando severamente las economías de los países productores como Rusia, en cambio favorece a los países consumidores, entre ellos España.  Se estima un saldo positivo de 20 mil millones de euros en las cuentas de 2015. Aun cuando su repercusión no sea significativa en los costes de producción nacionales, si suponen un aumento de la circulación y una dinamización de la vida cotidiana y por tanto, de la masa monetaria.

4. El complejo contexto político y económico mundial  hace estimable el efecto de un cambio de políticas en las instituciones que marcan las directrices europea y nacional. La relación entre el euro y el dólar, con la ligera pero significativa depreciación de la moneda europea frente a la norteamericana aumenta las ventajas del comercio con el exterior.

5. En el contexto internacional es de resaltar el imparable crecimiento de la economía china con entrada significativa en África y Latinoamérica. Allí se están produciendo fenómenos de sorprendente pujanza y estabilidad económica en Chile, Perú, Uruguay, Ecuador y Brasil que hoy son países con la suficiente solvencia para ser receptores de grandes cantidades de capital chino; y de USA en Panamá y México. No obstante, hay que alertar sobre el viraje de las inversiones de los llamados países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) hacia los nuevos MINT (México, Indonesia, Nigeria y Turquía).

Las empresas en este contexto

El panorama pues es de los más positivos que se han tenido en los últimos años y apuntan a aprovechar la propia mejora interna de la economía española y las condiciones favorables que puede haber internacionalmente para las exportaciones.

La financiación de China a los países latinoamericanos, beneficia las posibilidades de negocio y de mercado de las pymes españolas en esos enclaves, al ya no ser el lenguaje una barrera de cierre al mercado exterior creado por los capitales asiáticos.

Es necesario determinar cuál es el mercado para nuestro producto, no sólo el nacional. El mercado actual puede ser el mundo, pero para ello hay que tener claro el horizonte temporal y la forma de implantación, ¡se acabaron los pelotazos!

Las empresas que han conseguido pasar el huracán, ahora no se pueden confiar, pensando que todo se arregla con nueva financiación. Es el momento de reestructurar y relanzar la empresa a través de la identificación de un modelo de negocio claro y un plan de acción de obligado  cumplimiento. Las empresas que tuvieron claro hacía donde iban han sido las que han podido continuar pero pronto vendrá una posible segunda bocanada de aire huracanado. Aprovechemos este año tranquilo por el efecto electoral. No perdamos de vista el 2016.

El ritmo trepidante de los acontecimientos suele frenar el estímulo de los empresarios hacia el avance, que eso no pase. La economía seguirá funcionando si no la detenemos con el pánico, se trata de ir ajustando el modelo de negocio en función de los cambios en la economía y la sociedad.

Es conveniente evitar el endeudamiento financiero, originario del apalancamiento que ha llevado a las empresas hacia situaciones erráticas y de crisis. Con la conciencia puesta en los objetivos, consideramos fundamental no negociar la financiación sobre la base de ingresos futuros desconocidos. También contar con una línea de actuación de emergencia, ante las imprevisiones, anticiparse lo más que se pueda a ellas.

No vale el objetivo generalista de “ganar dinero” en el futuro próximo el dinero puede ser un bien escaso. El fin debe ser un modelo de negocio que realmente solucione necesidades que preste servicios útiles y actuales.

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