EURO

Tesorería, ruta al beneficio

La tesorería es una parte de la gerencia que ha tenido una gran transformación en los últimos tiempos.

En otras ocasiones hemos hablado en estas páginas sobre las tres claves que conllevan la gestión de una empresa: ventas, tesorería y recursos humanos. Tras dar una visión del tema de las ventas ahora hablaremos sobre la tesorería que no es otra cosa que el flujo de caja que generan los distintos cobros y las obligaciones de pagos a proveedores, impuestos, trabajadores y financiación en una empresa.

Imaginemos un ultramarinos al que llegan mercancías  de distinta procedencia, con un dependiente y gastos de local. Se ha financiado con un préstamo bancario que tiene que pagar a fin de mes. Las ventas no han ido bien este mes que pasó, pero en los tres anteriores  marcharon a buen ritmo.

Alguien debe poner en orden todos estos cobros y pagos, llevar un control de este dinero, gestionar un colchón para funcionar independientemente de los altibajos del negocio y apuntar hacia la rentabilidad del balance al fin del ejercicio. Este trabajo tiene un nombre: gestión de tesorería.

La clave está en un conocimiento consciente de cuánto dinero se tiene en todo momento. Dicha gestión puede variar según el modelo de negocio: no es lo mismo si llevo una empresa de espectáculos en la que los ingresos vienen cuando hay conciertos, por ejemplo, que si tengo un supermercado en el que cada pequeña venta diaria cuenta. La mirada debe estar puesta en el resultado a lo largo del ejercicio y la disponibilidad de dinero para el funcionamiento, mientras se paga a proveedores.

Una vez nos hemos centrado en la generación de tesorería de nuestro modelo de negocio, determinamos la desviación entre el periodo de pago y de cobro (en épocas de crisis hay que pagar antes que cobrar), y no olvidar nunca las necesidades de tesorería a corto plazo para el pago de impuestos.

Novedades en la tesorería

La tesorería es una parte de la gerencia que ha tenido una gran transformación en los últimos tiempos. La función del tesorero es clave pues en la actualidad se trabaja con una gran cantidad de instrumentos de cobro y pago y la tecnología de la comunicación a través de internet, la banca electrónica, la nube, etc. han hecho evolucionar de forma drástica su manejo.

Hoy es posible, con la implantación de programas como los ERP (Enterprise ResourcePlaningo Sistemas de Planificación de Recursos Empresariales) la gestión automatizada de esta parte del negocio para tener resultados en tiempo real.
La tecnología es un hecho inherente a la empresa actual. A nadie se le ocurriría hoy ir de viaje a Madrid en bicicleta, existiendo otros medios de transporte, por el mero hecho de ahorrar dinero. Desgraciadamente en las empresas hoy en día ocurre lo contrario, todavía se sigue yendo en bicicleta, en muchas áreas, por lo que hay que recordar que en ocasiones, ¡lo barato sale caro, muy caro!

La buena gestión de tesorería hoy en día pasa por evitar los pagos de costes fijos no vinculados a la explotación de negocio. Y eso pasa en gran medida por la externalización de ciertas partes del negocio, de manera que los costes fijos no estrangulen el flujo de tesorería, ante roturas en la entrada de dinero a la empresa.

Financiación y fiscalidad

En la tesorería hay dos factores a considerar: uno son las formas de financiación que permiten tener los recursos necesarios para la reinversión permanente en el proceso de generación de productos o servicios, base del modelo de negocio. El otro son las obligaciones en forma de tributos o impuestos que una empresa da al Estado por el hecho de desarrollar una actividad económica en su territorio obteniendo unos determinados beneficios. Se supone que en estos impuestos a su vez se pagan los servicios que brinda el estado a las empresas, a esto se le llama fiscalidad y es una obligación de cuidadosa atención que debe entenderse como parte de la estructura de costes de la empresa, y no como un gasto que nos trae sorpresas.

Cuando parece que han pasado las etapas más fuertes de la austeridad en Europa y la apuesta por dinamizar el gasto se ha hecho patente en las nuevas políticas del BCE, llamamos a estar alertas frente a la tentación de recurrir a la financiación externa para dinamizar la empresa.

La crisis de una empresa suele surgir, no en sus orígenes sino en su fase expansiva, cuando da un salto cuantitativo en su crecimiento. En esa fase aparece la financiación externa que en muchas ocasiones es el origen de una crisis en el negocio. En esos casos,  las necesidades de financiación no se han dimensionado bien, en función a objetivos de ventas.

En épocas de inestabilidad las previsiones deben centrarse en las expectativas sinceras de ingreso y alejarse de los sueños de crecimiento irreales.

Te puede interesar