La autopista AP-9 mejora sus cifras con respecto al año 2022 y supera los 25.000 viajeros de intensidad media diaria (IMD), algo que no sucedía desde hace trece años. Los beneficios, por su parte, registraron una cifra récord en su historia, pasando de 66,2 millones en 2022 a los 82,6 millones del año pasado. Esto es debido a los altos costes de sus peajes, un agravio especialmente duro para la Comunidad gallega, un alto peaje que supera incluso a los de los años 2007 y 2010 pese a tener más vehículos circulando por sus carreteras. Se trata de un coste que ha ido subiendo año a año.
Así, en el año 2024 se ha experimentado una subida de hasta un 6,55%, lo que hace que, por ejemplo, un conductor de vehículo ligero que viaje desde Vigo hasta Santiago de Compostela tenga que desembolsar un total de 11,45 euros y, hasta A Coruña, roce el precio de los 20 euros. Precios que también son de récord. El total de ingresos se elevó hasta los 192,6 millones, de los cuáles 133,9 han sido ingresos directamente de los usuarios y 58,5 fueron bonificaciones de la Administración y los conocidos como peajes en la sombra (contribución de la administración pública a la empresa privada).
La intensidad media diaria fue de 25.428 usuarios, un 3,6% más que en 2022. Para encontrar esa cifras de usuarios hay que retomarse al 2010. En plena época de esplendor industrial y económico en Vigo, de 2007 a 2010 se rebasó la barrera de los 26.000 usuarios. Luego, cayó hasta los 20.000 de media.
Tras la pandemia
La recuperación de la pandemia fue total ya desde el primer semestre del año pasado, superando los 24.500 usuarios medios, y la afluencia de vehículos en el segundo sector del año con los meses navideños, julio y agosto, dispararon las cifras. El tramo más utilizado es el Vigo-O Morrazo, que arrojó 72.000 usuarios de media en 2022.
El telepeaje cada vez toma más importancia. Contar con un lector en el vehículo es cada vez más frecuente y un 72% de los usuarios ya utiliza este sistema de pago en detrimento del uso del efectivo, que cae a mínimos históricos (solo un ingreso de 6 millones de euros de los 133,9 derivados de los usuarios). Estos son 2,6 puntos porcentuales que hace un año. Hace cinco años, solo uno de cada dos viajeros usaba esta modalidad de pago que ahora ya es la más popular y extendida. Además, el 98,2% de los viajeros pagó a través de vías automáticas o VIA-T, un 2% más que en 2022.
En cuanto a inversiones de la compañía Audasa, que envió este miércoles los datos del año pasado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores, un total de 2,7 millones de euros fueron a parar a mejoras en su infraestructura, mientras que 1,6 millones fueron destinados a los elementos medioambientales de las vías que gestionan.
