CRÓNICA

Cíes inaugura la era postcovid

Los primeros viajeros en desembarcar en las Cíes este verano tras reanudarse los viajes regulares (ATLÁNTICO).
photo_camera Los primeros viajeros en desembarcar en las Cíes este verano tras reanudarse los viajes regulares (ATLÁNTICO).

Los primeros 600 visitantes accedieron al parque con las nuevas normas

Quien buscase un auténtico paraíso natural en el que perderse y desconectar tras las tensiones vividas en los últimos meses por el estado de alarma, Cíes era ayer su destino. Las islas recibieron a sus primeros 600 turistas de la temporada de verano al reanudar las navieras los viajes tanto a este archipiélago, 'joya de la corona' del Parque Nacional Illas Atlánticas, como a Ons.

Los primeros visitantes en meses —los últimos viajes se realizaron el pasado mes de enero— se encontraron con un día de sol y brisa, sin excesivo calor, aguas totalmente cristalinas y la misma naturaleza salvaje, pero con un paisaje diferente fruto de las nuevas medidas y protocolos implantados a raíz de la pandemia de Covid-19: viajeros con mascarillas que no pudieron quitarse en ningún momento en el barco; rutas marcadas con códigos QR para evitar el uso de mapas y reparto de información en papel; recomendación de caminar por la derecha para garantizar la distancia social; merenderos clausurados; y menor aforo en terrazas y en el camping.

“Recomendamos que cada persona traiga su propio hidrogel, ya que aquí hay escasez de agua”, señalaba Marta Lois, guía turística y responsable de la caseta de información del Parque, a la que se ha provisto ahora de mamparas y señalizaciones para guardar las distancias. Según explicó, aunque las navieras están autorizadas a ofrecer el servicio de visitas guiadas, aún no se han reanudado las organizadas por este organismo de la Xunta. También ayer abría el servicio de socorrismo que cada año pone en marcha el Concello de Vigo.

Había ganas de visitar por fin Cíes. "Hay gente que viene con miedo, pero confía en nosotros", afirmaba Gerardo Fernández, de la empresa de actividades medioambientales A Senda do Moucho, responsable, junto con Viajes Margali, de una excursión de 53 personas procedentes de toda Galicia. Y también de trabajar. "Llevaba desde noviembre en el paro y estaba deseando volver. Este es mi segundo año aquí", comentaba una trabajadora del Restaurante Rodas.

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El camping de las Cíes, con un aforo reducido (Foto: Atlántico Diario). 

Los primeros visitantes llegaron a bordo de un barco de la empresa Nabia. De ahí, pasaron a recorrer los senderos o a instalarse en el cámping, que por iniciativa propia redujo su aforo a 600 campistas. "Preferimos seguridad a rentabilidad. Tenemos unas 100 tiendas de alquiler y otras 150 parcelas. Es una reducción de un 30%", explicó Óscar Costas, encargado de recepción quien, no obstante, recordó que lo más difícil fue diseñar el protocolo para las duchas. "Tenemos una persona permanentemente en los baños para extremar la limpieza y a cada usuario se entrega una ficha para evitar colas". También el autoservicio del restaurante cambió su funcionamiento: ahora es el camarero quien sirve lo que el cliente desea.

El camping inició esta temporada de verano con 120 campistas, con su oferta de actividades de tradicional (rutas guiadas, starlight y buceo) y con mucha ilusión de salvar un año del que ya se ha perdido la temporada de Semana Santa y las excursiones de escolares. "Tenemos muchas ganas de que la gente venga y disfrute de la naturaleza, después de tanto tiempo confinada", añadía Óscar Costas.

Con esa misma esperanza de salvar el año se estrenaban los otros dos establecimientos de Cíes, los restaurantes Bar Serafín y Rodas, y con la misma queja: la obligatoriedad de reducir sus aforos al mismo tiempo que se mantiene el cupo de visitantes para las islas en 1.800 personas diarias, que pueden llegar a las 2.600 si se suman campistas y grupos autorizados de hasta 200 personas.

"Hemos tenido que alargar el horario de cocina, porque no podemos dejar a la gente sin comer", se lamentaba César Fernández, de Bar Serafín. "Aún así estamos con ganas de empezar. Va a ser un verano muy corto. A ver si levantamos esto, de lo que dependen ocho familias".

Para Agustín Aparicio, socio junto a Alberto Piñeiro y Jesús Vaquero de Restaurante Rodas, "este es un año de transición". "No sé cómo va a responder la gente. Con el turismo internacional cerrado, confiamos en el turismo nacional".

En el Rodas, la pandemia les pilló en plena reforma del local. El restaurante se ha remodelado completamente, por lo que no ha tenido problemas en su adaptación. Ayer ya les esperaba un turno para ofrecer unas cien comidas. "El problema es nuestra capacidad para dar servicio cuando vengan 2.600 personas".

Los visitantes —600, según fuentes del Parque— pudieron disfrutar este sábado de playas prácticamente desiertas, por lo que mantener la distancia social fue fácil. El buen clima, además, propició que tanto el viernes como ayer fondeasen en sus aguas una veintena de embarcaciones. “La noche fue increíble, el mar no se movía y se podía ver el cielo", comentó la usuaria de un velero. 

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Tranquilidad en una playa casi desierta (Foto: Atlántico Diario)

Primeros baños en playas casi desiertas

La afluencia de visitantes registrada ayer permitió a los turistas disfrutar de un día de playa sin tener que preocuparse por mantener las distancias de seguridad, ya que arenales como Rodas estaban prácticamente vacíos.

Camping con menos aforo y más seguridad

El Camping Islas Cíes decidió reducir su aforo a 600 campistas. Ayer la ocupación fue de unas 120 personas. Las medidas de higiene se han extremado en baños y duchas, al igual que en el restaurante.

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