La Lei do Comercio, aprobada también ayer, actualiza la de 1988, regulando realidades mercantiles surgidas en los últimos veinte años (outlets, ferias de oportunidades, venta a domicilio, venta a distancia, etc.).
La norma prohíbe una práctica muy criticada por los pequeños empresarios: las promociones y descuentos un mes antes de la fecha de inicio de las rebajas. Otra novedad que incorpora es que los vales para posibles devoluciones de productos no tendrán fecha de caducidad. A los vendedores ambulantes les exigirá un carné, para lo que tendrán que acreditar un mínimo de 16 horas cotizadas a la Seguridad Social, y frente al intento fallido del Bipartito (de la consellería de Industria, gobernada por el BNG) de dar prevalencia al idioma gallego en la rotulación de los establecimientos, la nueva norma deja la decisión a criterio del comerciante. Las licencias de apertura de áreas comerciales inferiores a 2.500 no estarán vinculadas al número de habitantes del municipio, como ahora, y será que el concello quien las conceda, lo que para PSdeG y BNG, que votaron en contra de la ley, facilitará la instalación de grandes negocios en prejuicio de los pequeños.
