La ciudad de Santiago de Compostela alcanzó una ocupación hotelera de 60,68 por ciento durante el mes de julio, 11 puntos por debajo de los que obtuvo en el mismo periodo del 2010, durante el año del Xacobeo. Así lo dio a conocer ayer Aser Álvarez, director de comunicación de la Asociación de Hostelería de Compostela, quien además explicó que en cuanto a comportamiento por categoría, los alojamientos de tres estrellas alcanzaron los máximos niveles de ocupación (74,49%), frente a los de una estrella que presentan cifras más modestas (61,09%).
Para los meses de verano, las expectativas más optimistas del sector hotelero son alcanzar los niveles de ocupación que tuvieron en el mismo periodo del año 2009, es decir, 70 por ciento para agosto y un poco más para el mes de septiembre. 'Evidentemente no aspiramos, porque somos realistas, a los niveles de ocupación que tuvimos en 2010, en los que nos mantuvimos prácticamente al margen de la crisis económica internacional', explicó Álvarez.
El dirigente empresarial se refirió también a los alojamientos ilegales, que cifró en 3.000, por 12.000 plazas legales. Esta circunstancia -argumentó- genera economía sumergida, competencia desleal, distorsionan el mercado y dañan la imagen de destino turístico de calidad que tiene la ciudad.
Álvarez señaló que es necesario explotar más sectores como el turismo de tercera edad, el turismo cultural o el turismo idiomático y atraer a turistas internacionales con mayor poder adquisitivo y mayor tiempo de permanencia en la capital de Galicia.
El dirigente empresarial se refirió también a los alojamientos ilegales, que cifró en 3.000, por 12.000 plazas legales. Esta circunstancia -argumentó- genera economía sumergida, competencia desleal, distorsionan el mercado y dañan la imagen de destino turístico de calidad que tiene la ciudad.
Álvarez señaló que es necesario explotar más sectores como el turismo de tercera edad, el turismo cultural o el turismo idiomático y atraer a turistas internacionales con mayor poder adquisitivo y mayor tiempo de permanencia en la capital de Galicia.
