En cuanto al funcionamiento de esta nueva línea gallega, basada en una marca propia pero con un operador externo, sería necesaria la existencia de un Consorcio Aeroportuario de Galicia donde estén las tres terminales gallegas, la iniciativa privada y la Administración y, a partir de ahí, se podría crear la empresa y subcontratar los aviones.
El responsable de la consultora RL&L, Rubén López, presentó ayer en Vigo un estudio sobre las posibilidades de creación de una compañía aérea gallega aprovechando el momento actual de crisis y con el objetivo de evitar que los aeropuertos gallegos pierdan competitividad, promocionando a la vez el destino turístico de Galicia. El estudio, en el que según avanzó López trabajan seis empresarios gallegos y que fue presentado en el hotel Inffinit, propone la creación de una marca propia gallega complementaria entre los aeropuertos de Peinador, Lavacolla y Alvedro que se encargue de la gestión y que subcontrate la operadora aérea, es decir, alquile los aviones que alguna compañía tenga inutilizados. El ex gerente de Provigo avanzó que el proyecto aborda un tema en el que ya existen movimientos e interés por parte de algunos responsables empresariales y consideró que el momento actual, donde desaparecen compañías aéreas, es el idóneo para aprovechar esta oportunidad, especialmente con vistas al próximo Xacobeo 2010. A este respecto, advirtió de que los aeropuertos gallegos con una caída de pasajeros del 20 por ciento en el primer semestre del año están perdiendo competitividad sobre Oporto, que se está consolidando como terminal aérea en la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal y que prepara una campaña extraordinaria para el Año Santo.
Una inversión de diez millones
El ex gerente de Provigo, Rubén López, incidió en que, para poner en marcha esta compañía aérea gallega es necesario que en primer lugar exista el Consorcio Aeroportuario de Galicia, un proyecto que él mismo presentó hace unos tres meses y que, según estimó, podría crearse inmediatamente aprovechando la oportunidad extraordinaria que ofrece la sintonía entre el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el ministro de Fomento, José Blanco. Una vez se cuente con el consorcio, aseguró que la empresa podría crearse en un año y medio o dos años y que necesitaría un inversión mínima inicial de 10 millones de euros, siendo entre 10 y 20 millones lo ideal. Según indicó, el modelo sería tipo low cost y de nueva generación, en un principio con un avión pequeño (de entre 80 y 100 plazas) para los tres aeropuertos y, más adelante, con uno en cada una de las terminales. De esta forma, el avión de la línea podría realizar servicios que complementasen la oferta con la que ya cuentan los aeropuertos de Vigo, A Coruña y Santiago, con destinos que no ofrecen otras compañías. López explicó que la iniciativa debe surgir en ámbito privado, aunque contando con el empuje de la Administración pública.
Una inversión de diez millones
El ex gerente de Provigo, Rubén López, incidió en que, para poner en marcha esta compañía aérea gallega es necesario que en primer lugar exista el Consorcio Aeroportuario de Galicia, un proyecto que él mismo presentó hace unos tres meses y que, según estimó, podría crearse inmediatamente aprovechando la oportunidad extraordinaria que ofrece la sintonía entre el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el ministro de Fomento, José Blanco. Una vez se cuente con el consorcio, aseguró que la empresa podría crearse en un año y medio o dos años y que necesitaría un inversión mínima inicial de 10 millones de euros, siendo entre 10 y 20 millones lo ideal. Según indicó, el modelo sería tipo low cost y de nueva generación, en un principio con un avión pequeño (de entre 80 y 100 plazas) para los tres aeropuertos y, más adelante, con uno en cada una de las terminales. De esta forma, el avión de la línea podría realizar servicios que complementasen la oferta con la que ya cuentan los aeropuertos de Vigo, A Coruña y Santiago, con destinos que no ofrecen otras compañías. López explicó que la iniciativa debe surgir en ámbito privado, aunque contando con el empuje de la Administración pública.
