El fiscal pide 14 años de cárcel para un vecino de Ferrol que intentó matar a una hija de su pareja y que, según sostiene el ministerio público, instauró durante años un clima de tensión y de terror entre todos los miembros de la familia, con continuos tratos vejatorios y agresiones que se extendieron a los cuatro hijos de la mujer y a la hija que ambos tienen en común.
El acusado, de 50 años, comenzó a convivir con su pareja en 1993. Su actitud violenta se tradujo pronto en un continuo rosario de vejaciones y agresiones físicas y psíquicas con las que el procesado pretendía, en opinión del fiscal, satisfacer sus instintos agresivos y someter a su pareja, anulando por completo su identidad y personalidad.
Según el relato de la acusación pública, en 2000, tras haber visto a una de las hijas de su mujer en compañía de su novio, al llegar a casa agarró a la chica por los pelos y entre insultos la arrastró por la habitación, propinándole patadas por todo el cuerpo. Luego la tiró sobre una cama y comenzó a oprimirle el cuello con las manos, hasta casi provocar la asfixia de la joven.
La irrupción de los hermanos de la agredida impidió que se consumara el homicidio, pero no que el agresor volviera a golpear a la víctima con una vara en la cabeza. Ante la repetición de los episodios de amenazas y agresiones, su pareja huyó con sus hijos a Valladolid, hasta que en 2002 el acusado logró localizarla mediante la colocación de carteles de búsqueda.
Tras una nueva fuga a Tenerife y Lanzarote, el agresor consiguió una vez más dar con el paradero de la mujer y sus hijos. Una vez reanudada la convivencia, se traladaron todos a Bilbao, y luego a Vigo, en donde el procesado siguió alimentando el clima de tensión entre todos los que habitaban el domicilio común.
Las denuncias de la mujer ante varios juzgados, las sucesivas órdenes de alejamiento y, finalmente, una condena de un año y nueve meses de cárcel por maltrato no consiguieron alejar al agresor, que nada más abandonar la prisión en 2003 volvió a acosar a la familia y a golpear y amenazar a su ex pareja con una escopeta de cañones recortados. Una nueva condena de cinco años y medio de cárcel que cumple desde junio de 2003 en el penal de Teixeiro no le ha impedido seguir amenazando por teléfono a su ex pareja directamente o a través de terceras personas.
El fiscal pide ahora para él seis años de cárcel por intento de homicidio, tres más por maltrato habitual, dos por amenazas y otros tres por obstrucción a la justicia, además de la prohibición de acercarse a la mujer y sus hijos por espacio de 14 años.
