Galicia elige a Rueda

Alfonso Rueda celebra la holgada victoria con un grupo de simpatizantes eufóricos, en Santiago.
photo_camera Alfonso Rueda celebra la holgada victoria con un grupo de simpatizantes eufóricos, en Santiago.
  • El candidato popular sale reforzado al conseguir la quinta mayoría absoluta consecutiva para el PPdeG y con dos escaños de margen: “Hoxe, Galicia, votou nen máis nen menos que polo sentidiño, e iso é o mellor para Galicia pero tamén para España”
  • La subida histórica de Pontón no tiene efectos prácticos para el BNG debido a la debacle del PSdeG, que obtiene su peor representación en el Parlamento autonómico

No hubo vuelco electoral. El PPdeG logró su quinta mayoría absoluta, que es la primera para Alfonso Rueda. El actual presidente en funciones de la Xunta se mostró exultante y así lo demostró con unas primeras palabras de agradecimiento. Tan austero habitalmente en sus gestos de afecto, anoche saludó, se abrazó y saltó con los suyos para celebrar una victoria que le dio 40 diputados, dos menos de que los que tenía, pero que nadie echó de menos. 

Se jugaba mucho personalmente, pero también su partido. A nivel personal porque bajo él recayó la responsabilidad de reeditar los triunfos de su antecesor. A nivel político porque necesitaba demostrar que la elección de Núñez Feijóo para sucederle al frente del PPdeG era la decisión correcta. Ahora su presidencia se fortalece por el claro respaldo de los ciudadanos en las urnas y no solo por la designación de su antecesor.  

 

Pero no era el único que se examinaba. Para Feijóo estas elecciones también estaban planteadas en clave nacional y necesitaba encarecidamente esta victoria para seguir siendo el líder capaz de llevar al PP hasta la Moncloa.  

El BNG toca su techo histórico

La celebración para Ana Pontón fue agridulce. Pudo saludar a la militancia con el entusiasmo de haber subido seis escaños respecto a las últimas elecciones y consolidarse como segunda fuerza política en la Comunidad. Los 25 diputados supieron a premio de consuelo porque no era ese el objetivo. La maquinaría estaba preparada para llegar al Pazo de Raxoi, porque las encuestas decían que este era el momento del cambio. Pese a ello animó con entereza a los militantes y les prometió mejores resultados en el futuro.

 

En realidad, el BNG no falló, quien lo hizo fue su hipotético aliado, el PSdeG, que sólo con que hubiera logrado mantener los 14 escaños actuales podrían haber sumado 39 diputados para obtener la mayoría absoluta.   

El PSdeG, fondo 

A quienes no acompañaron los resultados fue al cabeza de lista  del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, que retrocedió cinco diputados frente a las últimas elecciones. Un nuevo fracaso de los socialistas gallegos, un territorio que se ha convertido en una trituradora de candidatos. Ayer no era el día para analizar los fallos de la campaña, pero hubo muchos militantes que no entendieron el desembarco de Pedro Sánchez y sus ministros, la relevancia de centrarse en los debates nacionales, aspectos a los que habría que sumar un líder desconocido que no tuvo tiempo de conectar con el electorado. 

Del resto de los partidos que concurrían a las elecciones sólo DO logró escaño en el Parlamento. Sin embargo, el papel que estaba buscando como partido “llave” para decidir el próximo inquilino de la Xunta resultó estéril.  

Peores resultados obtuvieron el resto de las formaciones de izquierdas. El proyecto de Sumar de Yolanda Díaz no ha tenido respaldo y deja a Marta Lois con las maletas preparadas para regresar a Madrid. Vox tampoco logra entrar en el Parlamento a pesar de la implicación personal de su líder, Santiago Abascal, que ansiaba representación en Galicia, una comunidad que se le resiste.

En el caso de Podemos la falta de representación no sorprende ni a los propios militantes, sobre todo después de que inicialmente Pablo Iglesias hubiera defendido el voto para el BNG, algo que posteriormente corrigió.

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