El atraco mortal de Vigo pone de relieve las carencias de material que sufren los policías españoles
El Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Galicia criticó ayer el reparto "a cuentagotas" de chalecos individuales de protección, que, según la previsión de dotación del Ministerio del Interior abarcará al 15% de los funcionarios del cuerpo. El secretario general del SUP en Galicia, Roberto González, ha concretado que en la provincia de Pontevedra se han entregado 110 chalecos individuales y que está previsto que de aquí a final de año se añadan otros 22, y resaltó que este porcentaje de cobertura es extrapolable al resto de la comunidad y a toda España.
En el caso concreto de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) a la que pertenecía la agente fallecida en el tiroteo tras el atraco a una sucursal bancaria en Vigo, y su compañero, que resultó gravemente herido, señaló que hay cuatro para una plantilla de 30 funcionarios, pero no han sido asignados aún. Tanto el SUP como la Unión Federal de Policía (UFP), a la que pertenecían los dos agentes tiroteados, coinciden en cuantificar que esa unidad dispone de diez chalecos exteriores, que son más pesados y reducen la movilidad de los agentes para actuar en situaciones determinadas como, por ejemplo, un atraco.
Según los datos remitidos por la Subdirección General de Recursos Humanos de la Dirección General de la Policía, además de los chalecos antibalas previstos para Pontevedra, se prevé el envío de 355 para A Coruña (de los que se han recibido 120); otros 64 para Ourense (se han recibido 16); y 102 chalecos para Lugo (han llegado 25).
Ni talla ni distinción de sexo
Víctor Vasco, secretario de organización local de SUP Vigo, explicó que estos chalecos exteriores son de dotación colectiva, más orientados a dispositivos estáticos, que no tienen talla ni distinguen entre sexos, al menos los que se repartieron en esta comisaría. Los que reclama el SUP para todos los funcionarios policiales, "desde que salen" de la academia de Ávila, son chalecos interiores individuales, y que no se repartan "a cuenta gotas" ni por secciones.
Roberto González denunció una "situación tercermundista" que obliga a que "la mayoría" de los agentes de calle adquieran por su cuenta "ya no solo chalecos", que cuestan "a partir" de los 600 euros, sino también guantes anti corte, fundas de pistola menos rígidas que las que les suministran o porta grilletes nuevos. "A pesar de que el cuerpo está muy valorado, no tenemos los medios adecuados", dijo.
Respecto a la investigación abierta sobre si la agente fallecida y su compañero gravemente herido no portaban chalecos anti bala, los portavoces del SUP aguardaron a sus resultados para hacer valoraciones. Ahora bien, Roberto González se ha mostrado convencido de que si el subinspector Vicente Alló portaba uno, "lo había adquirido con su dinero", con lo que, al final, "quedas a expensas de si tu capacidad económica te permite comprarlo y así no podemos seguir", zanjó.
En la jornada de ayer, los compañeros de la agente fallecida se concentraron en silencio a las puertas de sus respectivas unidades en la mayoría de los centros policiales de toda España en repulsa por su muerte.
