El 'Sar Gavia' movilizado ayer por Salvamento Marítimo que remolcaba a última hora de ayer hasta el puerto ferrolano al carguero 'Abis Calais', un buque con 5.000 toneladas de madera que se averió el lunes y quedó a la deriva frente al cabo Prior en medio de un fortísimo temporal, perdió el amarre a unas dos millas de la ciudad departamental (poco menos de cuatro kilómetros terrestres). Sus ocho tripulantes, de nacionalidad holandesa, ucraniana y filipina, se encuentran en buenas condiciones, informaron fuentes de Sasemar, servicio adscrito al Ministerio de Fomento.
El remolcador de Sasemar había logrado hacer el remolque a las 15,20 horas a unas siete millas al Noroeste del cabo Prior, frente a la costa de Ferrol, en medio de un fuerte temporal con olas de 6 a 9 metros y rachas de viento que superan los 80 kilómetros por hora y que mantuvieron ayer la alerta roja en la costa de Galicia.
El buque, que hacía la ruta de Leixoes (Portugal) al puerto de Hull, en Reino Unido, comunicó el lunes una avería en una hélice. El armador contrató un remolque comercial, el 'Ría de Vigo', que se desplazó hasta la zona la medianoche del lunes. El fuerte viento, con 55 nudos, lo impidió y el 'Abis Calais' quedó a la deriva sin rumbo ni gobierno.
Sasemar, que coordina el rescate desde los centros de Fisterra y A Coruña, desplazó ayer al 'Sar Gavia' que llegó a la zona pasadas las 14,00 horas. Dadas las condiciones meteorológicas, también fueron movilizadas otras dos naves, el remolcador 'Mahón' de la Armada, y el 'Sebastián Ocampo'. A última hora, el 'Gavia' intentaba volver a sujetar el buque para trasladarlo a la dársena ferrolana.
LA FLOTA, AMARRADA
La práctica totalidad de la flota pesquera gallega permaneció ayer amarrada por el temporal y sólo salieron a faenar algunos barcos en zonas de las Rías Baixas y en Fisterra y Ribeira (A Coruña), en donde algunas embarcaciones trabajaron al abrigo. Según las cofradías, la mayor parte de los barcos no salió de puerto ayer.
Así, en la costa Norte toda la flota quedó amarrada, como en los casos de Burela, Celeiro o Ribadeo (Lugo) y de Ortigueira y Cedeira (A Coruña), en donde destacó la fuerza del viento. También en Malpica permanecieron todos los pesqueros en puerto, mientras que en Fisterra salieron a faenar dos embarcaciones y en Ribeira unas cuatro, que se han quedado en las zonas más protegidas de la ría.
En Vigo sí salieron algunos barcos de mayor envergadura, mientras que en Marín trabajaron las embarcaciones de arrastre, que ya habían regresado a puerto a mediodía. También en Cangas alguno de los barcos se hizo a la mar.
En tierra, los mayores problemas se registraron por las copiosas lluvias caídas y el fuerte viento.
El buque, que hacía la ruta de Leixoes (Portugal) al puerto de Hull, en Reino Unido, comunicó el lunes una avería en una hélice. El armador contrató un remolque comercial, el 'Ría de Vigo', que se desplazó hasta la zona la medianoche del lunes. El fuerte viento, con 55 nudos, lo impidió y el 'Abis Calais' quedó a la deriva sin rumbo ni gobierno.
Sasemar, que coordina el rescate desde los centros de Fisterra y A Coruña, desplazó ayer al 'Sar Gavia' que llegó a la zona pasadas las 14,00 horas. Dadas las condiciones meteorológicas, también fueron movilizadas otras dos naves, el remolcador 'Mahón' de la Armada, y el 'Sebastián Ocampo'. A última hora, el 'Gavia' intentaba volver a sujetar el buque para trasladarlo a la dársena ferrolana.
LA FLOTA, AMARRADA
La práctica totalidad de la flota pesquera gallega permaneció ayer amarrada por el temporal y sólo salieron a faenar algunos barcos en zonas de las Rías Baixas y en Fisterra y Ribeira (A Coruña), en donde algunas embarcaciones trabajaron al abrigo. Según las cofradías, la mayor parte de los barcos no salió de puerto ayer.
Así, en la costa Norte toda la flota quedó amarrada, como en los casos de Burela, Celeiro o Ribadeo (Lugo) y de Ortigueira y Cedeira (A Coruña), en donde destacó la fuerza del viento. También en Malpica permanecieron todos los pesqueros en puerto, mientras que en Fisterra salieron a faenar dos embarcaciones y en Ribeira unas cuatro, que se han quedado en las zonas más protegidas de la ría.
En Vigo sí salieron algunos barcos de mayor envergadura, mientras que en Marín trabajaron las embarcaciones de arrastre, que ya habían regresado a puerto a mediodía. También en Cangas alguno de los barcos se hizo a la mar.
En tierra, los mayores problemas se registraron por las copiosas lluvias caídas y el fuerte viento.
