El miedo viaja, en coche y en avión. Sólo el 5% de las personas que toman un vuelo lo hacen sin temores, hormigueos en el despegue o el aterrizaje. Los aerofóbicos no temen sólo al despegue.

Temor paralizante: miedo al avión y pánico al coche

Después de un accidente aéreo, aumenta el número de personas con miedo a volar. Lo dicen los expertos y lo confiman los viajeros. Marta, que hasta sus 'treinta y tantos' no había experimentado esa sensación, lo certifica. Hacía escala en el aeropuerto de Barajas el 20 de agosto de 2008, el día en el que un McDonnell Douglas MD82 de Spanair sufría un accidente inmediatamente después del despegue; murieron 154 personas que viajaban de Madrid al aeropuerto de Gran Canaria.
'Volvíamos de pasar unas vacaciones en Croacia y estábamos esperando el vuelo para enlazar con Santiago de Compostela', recuerda con angustia. 'Los momentos de espera y retrasos en la terminal de Barajas fueron horribles, pero lo peor fue el momento del embarque y los 50 minutos de vuelo. Los recuerdo como uno de los episodios más tensos de mi vida. Había hecho viajes trasatlánticos de casi once horas y nunca había pasado miedo en un avión, pero ese vuelo me cambió la vida', explica Marta.

Los estudios sobre aerofobia aseguran que, tras un siniestro aéreo, un 60% de la población puede padecer este mal. 'Uno que estaba al borde de miedo cae cuando vive un accidente de cerca. Y el que no tenía fobia antes, ahora tampoco la tiene después del siniestro. Pueden surgir dudas y temores pasajeros, pero no tiene fobia', apunta Javier del Campo, comandante retirado de Iberia.

La aerofobia le afecta a un 20% de la población. Son personas que le tienen pánico al avión. Sus temores tienen tratamiento y algunas compañías ofrecen cursos para superar el miedo a volar. 'Es la única fobia conocida en la que es absolutamente necesario ofrecer una información técnica para salir de ese pozo', apunta Javier del Campo. La información técnica y el apoyo psicológico son dos pilares de estos cursos, pero hay un tercero: el avión. 'El curso finaliza con un ejercicio práctico de vuelo. Hay que meterse en los aviones y quedarse horrorizado a bordo, porque eso va a seguir pasándole hasta que consigan desconectar los cables y noten que eso va mejorando'.

La estadística es una herramienta más para luchar contra la aerofobia. En veinticinco años murieron en España 154 personas en accidente de avión. En ese cuarto de siglo, perdieron la vida en las carreteras más de cien mil personas.

Esas cifras, que pueden ayudar a superar la aerofobia, tienen un doble filo: aumentan el temor de algunos conductores para ponerse al volante.

La amaxofobia es un mal diagnósticado que padecen, según los últimos estudios, casi un tercio de los conductores gallegos; el 6% los padecen en grado de pánico extremo. Muchos llegan a esta situación porque han sufrido un accidente grave, pero otros ven en la falta de experiencia el principal obstáculo para superar este miedo a conducir.


bloqueo al volante

'No era capaz de montar en el coche y conducir porque me parecía que iba a chocar contra otro o que no iba a ser de frenar a tiempo', explica Carmen. 'Hace más de diez años que tengo el carné, pero me pongo muy nerviosa para conducir', apunta Isabel. 'Taquicardia, vértigo y agarrotamiento muscular. Eso es lo que siento cuando me siendo frente al volante', explica Sara, que padece amaxofobia desde que sufrir un grave accidente. 'Los que me producen más inseguridad son los otros conductores, no mi comportamiento al volante. El accidente que sufrí fue provocado por otro coche y hubo varias personas implicadas'.

Las tres han compartido cursos para intentar superar ese miedo común. 'Intentamos abordar todas aquellas circunstancias de tráfico que te dan miedo: encender el motor, conducir o ir de copiloto', explica Beatriz Dorrío, psicóloga y directora de la sesión terapéutica. Hablando y compartiendo experiencias aprenden a identificar el origen de sus miedos. '¿Tienes miedo a que te piten? Pues vas más despacio. ¿Provocas una caravana? No te preocupes, ya te adelantarán', pregunta y autoresponde la directora del curso.

Sus alumnos perciben el miedo como una amenaza y a los otros conductores como un peligro. Dos de cada tres afectados son mujeres y la mayoría tienen entre 30 y 40 años. 'No todas las amaxofobias te impiden conducir', explica la psicóloga Beatriz Dorrío. 'Hay personas que la padecen y conducen, pero no pueden pasar por puentes o atravesar túneles. Hay gente que puede circular tranquilamente por la ciudad, pero que no se atreve a coger una autopista'.

Beatriz intenta atajar el problema de raíz; sentarse al volante de un simulador forma parte de la terapia desde el primer día. Es la fórmula para recuperar la terapia y los logros van llegando con el paso del tiempo. 'El miedo debe combatirse reforzando las prácticas en la autoescuela y encontrando apoyo en familiares y amigos', apunta Mar Rodríguez, profesora de Formación Viaria.

Los que van a sacar el carné de conducir realizan entre 25 y 35 prácticas en la autoescuela; las personas con amaxofobia necesitan -de media- 70 sesiones. Demandan más tiempo y apoyo, pero casi el 90% de las personas que intentan superar este miedo lo consiguen.

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