Un testigo tilda de 'desastroso' el alejamiento del 'Prestige'

El jefe de inspección de la Capitanía Marítima de A Coruña durante la catástrofe del 'Prestige', Fernando Balbás, atribuyó la decisión de alejar el petrolero de la costa al 'plan personalista' del entonces director de la Marina Mercante, José Luis López Sors, único exalto cargo de la administración española que se sienta en el banquillo de los acusados por la catástrofe medioambiental del Prestige.
'Era una decisión política, con todas sus consecuencias', remarcó Balbás en su declaración como testigo ante el tribunal de la Audiencia de A Coruña que juzga los daños medioambientales causados por el accidente del buque frente al litoral gallego en noviembre de 2002, que se convirtió en la mayor catástrofe ecológica de la historia de España. Balbás señaló en que desde el primer momento la decisión de los responsables políticos era alejar el petrolero de la costa.

'No se siguieron las pautas legales', afirmó Balbás, para quien la gestión de la crisis, con los datos que se tenían, fue 'desastrosa'. La 'caminata aleatoria' tomada por el Prestige durante los días posteriores al accidente, del 13 al 19 de noviembre de 2002, provocó un aumento de los daños estructurales del barco, concluyó Balbás, quien pese a ser entonces el máximo responsable de inspección de Capitanía Marítima de A Coruña no fue enviado al barco.

En su lugar, el 14 de noviembre de 2002 fue Serafín Díaz Regueiro, posteriormente nombrado capitán marítimo de A Coruña, quien fue enviado al petrolero para arrancar la máquina. Balbás criticó esta decisión -'tener de mano a un amigo para hacer una inspección me parece de un país bananero'- que atribuyó al entonces capitán marítimo de A Coruña, Ángel del Real, y al propio López Sors.

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