El grupo gallego Castrosua se ha convertido en el primer fabricante español de un autobús verde, híbrido en cuanto a su propulsión y ecológico en cuanto a sus materiales

Transporte ecológico: público y eléctrico

Pasarán más de 120 años y entonces eran otros los motivos, muy alejados de cuestiones ambientales, que impulsaron la llegada del tranvía a Galicia. El convoy que, desde 1880 a 1923, cubría el trayecto que separa Verín del manantial de Cabreiroá se convertía en el precursor del transporte eléctrico en Galicia. Después vendrían las líneas urbanas de A Coruña y Vigo y, conforme avanzaba el siglo XX se incorporaría este medio de transporte a las comunicaciones interurbanas: Vigo-Baiona, Vigo-Porriño, A Coruña-Sada, Pontevedra-Marín y Ferrol-Neda.
La electrificación de las líneas favoreció la implantación de este sistema de comunicación en áreas metropolitanas. El viaje de A Coruña a Sada, en los años 20, incluía una treintena de paradas y demoraba el viaje hasta los 90 minutos. Y ese fue el método de transporte más usado en la zona hasta que, en 1948, la escasez de recambios obligó a sustituir los tranvías por trolebuses, autobuses de tracción eléctrica con pértiga que aprovechaban el tendido anterior. La línea de Sada se mantuvo hasta 1957, pero otras sobrevivieron durante décadas porque el servicio era muy demandado: el que unía Carballo con A Coruña cubría 38 kilómetros, el recorrido más largo de Europa. Los 'troles' urbanos desaparecieron de la ciudad herculina en 1979, pero en otros puntos de Galicia se mantendrían hasta finales de los 80: el que iba de Pontevedra a Marín funcionó hasta 1989.


TRANVÍA

Salvo esas excepciones, el ruido de los motores y el humo de los tubos de escape se impusieron en las ciudades y carreteras gallegas. El tranvía urbano coruñés, que había desaparecido en 1962 con la eliminación de la línea que unía la Plaza de Mina con Peruleiro, resurgió de sus cenizas en 1997 y se convierte en el transporte turístico más atractivo para recorrer el perímetro de la ciudad. Dos vehículos originales, que prestaban el servicio en los años 1913 y 1920 vuelven con sus colores tradicionales y una esmerada restauración. En la actualidad este recorrido tiene 6 kilómetros de longitud y lo realizan cuatro vehículos distintos.

El empeño de Paco Vázquez y el empuje de algunos nostálgicos devolvía a las calles un medio de transporte ecológico en un momento en el que cobraban fuerza las voces que reclamaban sistemas de movilidad sostenibles. Los primeros proyectos de metro ligero comenzaban a esbozarse hace poco más de una década, casi al mismo tiempo que a los despachos de los ayuntamientos de las principales ciudades gallegas llegaban propuestas de autobuses menos contaminantes.

Los modelos evolucionados de aquellos prototipos son los que ahora se llenan de pasajeros en las paradas del algunas urbes. Y a la vanguardia de la producción de autobuses verdes está una empresa familiar gallega, que da empleo a medio millar de personas. Castrosúa es el primer fabricante español de un bus híbrido, con un motor diésel y otro eléctrico. El Tempus es capaz de circular con cero emisiones contaminantes y reducir el nivel de ruidos en zonas sensibles de la ciudad. Ahorra un 30% de carburante porque no consume combustible cuando está parado y recupera energía en los procesos de frenado; su autonomía en eléctrico puro es superior a los 300 kilómetros, más del recorrido medio de una jornada.

Pocas veces al mes tendrá que pasar por la estación de servicios para llenar el depósito, en el que caben unos 80 litros de gasóleo, porque su motor de tracción híbrida, además de reducir el nivel de CO2 emitido por los autobuses convencionales, recorta una tercera parte la factura de combustible.

Este modelo es, además, el fruto de un ambicioso proyecto de I+D para el reciclado y mantenimiento de estos vehículos y sus componentes. 'El objetivo final consiste en que, llegado el final de la vida útil del vehículo, puedas reutilizar componentes sometidos a bajo desgaste y reciclar el resto, de forma que se obtengan importantes economías en la adquisición de vehículos de reposición y una contribución al desarrollo sostenible', explica Beatriz Castro, directiva del Grupo Castrosúa. 'Tempus nació para mejorar el transporte público en los entornos urbanos e intentar reducir las consecuencias de una movilidad negativa en las ciudades'.

Ya está disponible la segunda generación del Tempus y Castrosúa tiene una cartera de pedidos superior a 20 unidades. Este híbrido ha sido probado en las principales ciudades españolas (Madrid, Barcelona, Valencia, Málaga, Sevilla, Zaragoza, Las Palmas o Tenerife, entre otras) y ya existen solicitudes para probarlo en otras urbes, incluidas las gallegas. 'Esperamos poder ver dentro de poco algún autobús híbrido de la marca Castrosua circulando por las calles de alguna localidad gallega', afirman fuentes de la compañía, que para desarrollar el proyecto ha contado con la colaboración de la Universidade de Vigo, el CTAG y los programas de la Xunta y el Gobienro central.


FINANCIACIÓN

La implantación depende, en muchos casos, de la financiación. El precio de estas unidades ralentiza las ventas, pero los creadores del Tempus están convencidos de que el futuro del sector camina en esa dirección. Los autobuses híbridos son el paso intermedio, según Beatriz Castro. 'La evolución de las baterías combinadas con nuevos modelos de transporte y nuevos sistemas de generación, almacenamiento y transmisión de energía harán posible disponer de sistemas de transporte 100% eléctricos'.

El Tempus tiene una longitud de 9,5 metros y una anchura de 2,4 con capacidad para 17 personas sentadas y 40 de pie. Es totalmente accesible y dispone de rampa para acceso de personas con movilidad reducida. Incorpora una carrocería innovadora y novedosa con un diseño especialmente orientado a los entornos urbanos, ya que se ha fabricado con materiales ecológicos, formas redondeadas y grandes superficies acristaladas que permiten la visión panorámica de la ciudad.

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