Tras dar un giro de 180 grados a su carrera, hay quien incluso se plantea si Joaquin Phoneix está en su sano juicio. Y es que, tras su polémica y reciente intervención en el programa de televisión de David Letterman donde se mostró torpe, nervioso, confundido y bastante maleducado, ahora el antaño actor metido a rapero confiesa que tiene fobia al maquillaje.
En declaraciones a Ween recogidas por Europa Press, Phoenix insiste en que abandonó el cine porque ahora mismo la música es la mejor manera de canalizar su energia cretativa y, sobre todo, para ahorrarse las interminables sesiones de maquillaje con las que, asegura, llegó incluso a desarrollar una enfermiza obsesión a que le tocaran la cara.
'No tiene nada que ver con que esté desencantado de la industria ni nada de eso. Todavía creo que las películas son increíbles y respeto mucho a los actores', señala Phoenix que insiste en que su espantada al mundo del rap es 'solo' por razones creativas y personales ya que cree que en el cine 'ya no podía crecer más'. 'Perdí totalmente la ilusión', sentenció.
De hecho, el protagonista de 'En la cuerda floja' confiesa que antaño leía con mucha ilusión y casi devoción los guiones que llegaban a sus manos imaginando como conseguiría que esos personajes cobraran vida, pero últimamente, cuando se sentaba a leer un libreto, la única imagen que venía a su mente era 'la de alguién poniéndome maquillaje y tocándome la cara'.
'No tiene nada que ver con que esté desencantado de la industria ni nada de eso. Todavía creo que las películas son increíbles y respeto mucho a los actores', señala Phoenix que insiste en que su espantada al mundo del rap es 'solo' por razones creativas y personales ya que cree que en el cine 'ya no podía crecer más'. 'Perdí totalmente la ilusión', sentenció.
De hecho, el protagonista de 'En la cuerda floja' confiesa que antaño leía con mucha ilusión y casi devoción los guiones que llegaban a sus manos imaginando como conseguiría que esos personajes cobraran vida, pero últimamente, cuando se sentaba a leer un libreto, la única imagen que venía a su mente era 'la de alguién poniéndome maquillaje y tocándome la cara'.
