Cuando la moda se critica a sí misma

Pasarela de moda.
photo_camera Pasarela de moda.

La industria de la moda está considerada la segunda más contaminante del planeta y algunos diseñadores han aprovechado el altavoz que son las pasarelas para lanzar su mensaje crítico contra la propia moda, pero también ha habido ocasiones para cuestionar el lujo excesivo o el ritmo frenético de las tendencias

No hay duda a estas alturas de que la moda es mucho más que abrir el armario y decidir qué vestir cada mañana, sino que a través de las prendas que nos cubren se reflejan los cambios sociales o incluso revoluciones industriales. Lo que viste la gente es un espejo en el que mirar la situación que atraviesa el mundo en cada momento y los diseñadores así lo han ido reflejando en sus colecciones a través de los tiempos. Pero hay ocasiones en las que, más que criticar la actualidad general, la moda opta por criticarse a sí misma. 

Marc Jacobs

El último en cuestionar el rumbo que está tomando la moda ha sido Marc Jacobs. Y no hay mejor forma de criticar algo que llevarlo a rajatabla para dejarlo en evidencia. En su caso, el diseñador estadounidense quería mostrar su rechazo a la velocidad de consumo que existe hoy en día, especialmente en la industria de la moda y la oferta excesiva de colecciones anuales, así como la pérdida de la identidad del individuo, todo ello a costa de la pérdida de creatividad y calidad. 

Para conseguir esta misión, Jacobs hizo desfilar a sus modelos a velocidad de vértigo presentando su colección para la próxmia temporada otoño-invierno en tan solo tres minutos. El escenario, la Biblioteca Pública de Nueva York con una pasarela convertida en poco menos que una cinta de correr. Al mismo tiempo, el diseñador ofreció unas escuetas y tópicas notas de prensa del show generadas con inteligencia artificial. Como guinda del pastel, referencias a Blade Runner y a esos replicantes en los que nos estamos convirtiendo en materia de estilismos.

Avavav

Echando la vista atrás, son algunas las propuestas en las que la moda se ha criticado a sí misma. El pasado mes de marzo, “Finge hasta romperlo” fue el título con el que la marca sueca Avavav criticaba la superficialidad de la industria a través de paredes que se caían o prendas que se rompían a medida que las modelos caminaban. Con esta rompedora puesta en escena, la diseñadora Beate Karlsson cumplía su objetivo de ridiculizar el mundo del lujo. Criticar ese micromundo de excesos económicos es una constante en la obra de la creativa. De hecho, ya el año anterior, había parodiado el lujo absurdo con una colección llena de excesos ridículos como Rolex desproporcionados o botas de Yeti.

Armani

A comienzos de 2020 y con la amenaza del covid copando la actualidad, Armani presentaba una de sus colecciones más reivindicativas. Presentaba R-EA (Recycled Emporio Armani), una oda a la economía circular a través de una colección cápsula masculina elaborada con materiales de origen ético y respetuosos con el medio ambiente. “I am saying yes to recycling” (“Yo digo que sí al reciclaje”) fue el lema que se pudo leer en muchas de las prendas.

Gaultier

La sostenibilidad esa uno de los grandes desafíos de la industria de la moda -considerada la segunda más contaminante del planeta- y los diseñadores no son ajenos a esta problemática, convirtiendo la moda sostenible en una de sus reivindicaciones más recurrentes. Otro que apoyó esta causa en sus propuestas de pasarela fue Jean Paul Gaultier y lo hizo nada menos que en su desfile de despedida. Tras 50 años, el francés se despedía haciendo una retrospectiva de toda su carrera reelaborando los clásicos de la marca no solo en diseño, sino también en materiales. Todas las propuestas estilísticas de aquel desfile de enero de 2020 estaban confeccionadas a partir de prendas antiguas de la “maison”. 

Westwood

Pero si ha habido alguien de renombre en la historia de la moda que ha convertido siempre las pasarelas en un manifiesto político, esa era la inglesa Vivienne Westwood. Surgida del movimiento punk, fue tan diseñadora como activista y no perdió nunca la ocasión de demostrarlo. Su colección para el otoño de 2019 fue una de las más reivindicativas, convirtiendo la pasarela en una gran manifestación a favor de la sostenibilidad, hablando del calentamiento global y el papel de la moda en su evolución, pero también del Brexit, la libertad de expresión o la sobreinformación. En cuestión de moda, los lemas elegidos fueron “Lo que es bueno para el planeta es bueno para la economía” y un “Buy less” (Compra menos) estampado en negro sobre blanco en sus camisetas. Con este desfile se marcó el objetivo de recaudar 100 millones de libras para salvar la selva. 

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